Cuando una familia celebra unida, permanece unida. Pero hay que seguir ciertas reglas: No se puede hablar de ciertos temas, hay que mirar hacia otro lado cuando algo te duele, esquivar los cuchillos y sonreir, nada de política, no se menciona al tio Andrés ni se pregunta ¿dónde estará?... y por supuesto si dudas en una respuesta, mira a tu madre que ella sabrá lo que tienes que decir. Y si consigues salir ileso, solo te quedará la resaca, alguna pequeña herida en el alma y mucha ilusión para que llegue la próxima.