Dos comediantes se mueven entre trastos, artefactos y cajas de madera apiladas desordenadamente y cuando cogen esos objetos, éstos mágicamente cobran vida convirtiéndose en una casa, las orejas de un asno, el vientre de una ballena, la nariz de Pinocho que crece cuando cuenta mentiras… A través de la narración y de la manipulación de los objetos, van recreando las imágenes que sitúan a los espectadores en cada uno de los paisajes del cuento, cada detalle lleva a crear una atmósfera mágica donde mayores y pequeños irán completando las imágenes a partir de su propia imaginación.

Un títere de madera cobra vida y se escapa de su padre para vivir fantásticas aventuras: hablar con un grillo, una raposa, ir a un país donde a los niños malos les convierten en burros, acabar en el estómago de una ballena… Una dramaturgia que crea un mundo mágico donde las voces de los comediantes que representan diferentes personajes se mezclan con los ruidos de la carpintería, del circo de los títeres y de la noche en el bosque. Un mundo de cción que evoca los ambientes del cuento a través de objetos simbólicos, de juegos de luz y de la utilización de los objetos.

De la mano de Luca Radaelli, italiano como Carlo Collodi, nos disponemos a hacer un viaje en el tiempo para rebuscar en este clásico de la literatura universal y encontrar en el pasado la arquitectura teatral que nos ayude a crear un Pinocho descaradamente moderno y contemporáneo.