El Rayo Verde es un fenómeno atmosférico y óptico que ocurre a veces momentos antes de la salida y la puesta de sol. Existen varias explicaciones para el fenómeno, unas son físicas, pero otras son mentales y requieren de la fantasía de los sentidos que provocan los espejismos.

Cuando Oscar Wilde formuló su famosa regla en dos tiempos para la creación artística

(1. Tener algo que contar / 2. Contarlo) nos habló ya de una determinación en el tiempo que podría tener la fugacidad del rayo a pesar de que, sin embargo, su manifestación en el plano físico permaneciera y fuera creciendo.

Permitir ese hecho, el provocarlo, el hacerlo, es al final el único requisito previo y más importante de la creación artística.

Como si se tratara de una enredadera o una jungla, el rayo verde se expande y lo hace en la dimensión horizontal del espacio y en la vertical del tiempo.

Este taller busca trabajar esa determinación plástica con el objetivo de permitir que una obra crezca. Una actividad en la que vamos a confiar y vamos a ir sin ninguna garantía de éxito en pos del Rayo Verde, tal y como lo hacía la heroína de la película de Rohmer o los exploradores de la novela de Julio Verne. Y experimentando, buscaremos ese mítico Rayo Verde.