"Para Simrit, cantar no es una actuación, es una adoración sagrada de lo Divino. Su voz, su música y sus enseñanzas reflejan esta devoción que parece provenir de ella tan fácilmente. Esta devoción es un regalo, un talento más allá de todo, que llevará a miles a la ligereza del ser y la conciencia que es tan vital para la humanidad en estos tiempos".