Desgraciadamente, el que más o el que menos, hemos estado alguna vez en un tanatorio despidiendo a un ser querido.

Es curioso que sea ante tan triste situación, cuando a la hora de recordar al difunto, se

cuenten las más variopintas anécdotas referentes al muerto. Unas tristes, otras alegres, y algunas de ellas, incluso surrealistas. Y eso el lo que intento conta en esta comedia, la vida, obras y milagros de Julián, un político corrupto al uso de nuestros días, desde el punto de vista de aquellos que lo conocieron. Y todo ello, con la presencia en escena del propio finado, que será testigo y decubrirá por fin, lo que opinan de él sus seres queridos. En definitiva, lo que aquí les presento en una comedia negra, en la que aprovecho un funeral, en el que nos reímos de nosotros mismos, para mostrar de la manera más divertida posible, nuestra cruda realidad.