Una gran ovación ha recibido este sábadoen el Festival de San Sebastián la película "Silent Heart", en la que su director, el danés Bille August, se sumerge en un drama familiar que gira en torno al espinoso tema de la eutanasia desde el prisma de la "dignidad".

La primera película con la que August compite por la Concha de Oro ha emocionado hasta las lágrimas a gran parte de los asistentes, con una historia compleja en la que la eutanasia es el punto sobre el que pivota un relato de relaciones humanas, familia y amor.

August ha explicado en la rueda de prensa posterior al pase de la película que le gustó el guión desde el primer momento porque se centra en una "historia muy potente relacionada con la dignidad".

La matriarca de una racional familia danesa padece una fase avanzada de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y ni ella ni su marido, médico, quieren llegar a las últimas consecuencias de una enfermedad terrible.

Antes de que ese momento llegue, deciden, tras una larga reflexión familiar, acabar con la vida de la mujer, para lo que reúnen a sus dos hijas, la casi perfecta hija mayor y la inestable pequeña, acompañada por un novio bastante surrealista.

La eutanasia, ilegal en Dinamarca, ha sido objeto de debate en este país, ha explicado August, quien ha admitido que la realización de la película no le ha aclarado su postura sobre el tema sino que ha planteado preguntas.

Los cineastas "hacen preguntas con sus películas, son los políticos quienes deben adoptar las decisiones", ha subrayado.

August vuelve a las atmósferas bergmanianas de sus primeros filmes -"Pelle, el conquistador" o "Las mejores intenciones"- para contar con sutileza y una gran profundidad emocional una historia que en ningún momento cae en el melodrama facilón.

Un perfecto guión de Christian Torpe que permite a August poner en pie una película durísima pero que contiene momentos hilarantes, como en el que la matriarca de la familia decide, ante la proximidad de su muerte, que quiere fumarse un porro, actividad en la que se involucran todos los miembros de la familia.

Una única ubicación, la gran casa familiar en la campiña danesa, y un ambiente claustrofóbico, favorecen los encuentros y desencuentros familiares, en una película que apunta a la Concha de Oro de San Sebastián, un premio que le falta a uno de los pocos directores que poseen dos Palmas de Oro de Cannes, por "Pelle, el conquistador" y "Las mejores intenciones".

Y que sabe dirigir magistralmente a un grupo de actores que desarrollan sus papeles a la perfección: Ghita Nørby, Paprika Steen, Danica Curcic, Morten Grunwald, Pilou Asbæk, Jens Albinus y Vigga Bro.

Ghita Nørby, que encarna a la matriarca de familia, ha evocado el ambiente que vivió el equipo de actores durante el rodaje, en el que llegaron a sentirse como una familia.

"Algo sucedió entre nosotros durante esos días", ha admitido Norby, una de las grandes damas de la escena danesa.

A pesar de los premios cosechados a lo largo de su carrera, August cree que los galardones "están bien" pero para un realizador el mayor de los premios es tener un gran guión, una gran pareja de maravillosos actores, el mejor equipo y "crear una situación donde se pueda producir magia, donde se cree vida en la pantalla", algo que a tenor de la reacción del público ha logrado en "Silent Heart".