Ganadora del Óscar por su Edith Piaf de "La vida en rosa", la actriz francesa Marion Cotillard ha presentado en Madrid "Aliados", un drama romántico de espías ambientado en la II Guerra Mundial que protagoniza junto a Brad Pitt y que le ha trasladado a películas que veía de niña como "Casablanca".

"Me encanta el cine americano de los años 40 y 50, y este guion me recordaba a esas películas con las que soñaba de pequeña", ha asegurado hoy en una entrevista con Efe, horas antes de desfilar por la alfombra roja con su compañero de reparto y marido en la ficción.

La pareja llegó a Madrid la pasada madrugada, tras el preestreno de "Aliados" en Londres, y esta misma noche, después de la proyección en el Cine Callao de la Gran Vía, con la que finalizan una intensa gira promocional, pondrán rumbo de nuevo al aeropuerto, cada uno a su casa, según fuentes de la distribuidora.

La expectación que han despertado es máxima, tras coincidir el final del rodaje de "Aliados" hace unos meses con la ruptura del matrimonio entre Brad Pitt y Angelina Jolie, lo que despertó fuertes rumores de un romance entre Pitt y Cotillard, que ésta se encargó de desmentir.

Con todo, y por recomendación de sus asesores, el protagonista de "Malditos bastardos" o "Guerra Mundial Z" ha cancelado todas las entrevistas de la gira y ha dejado a Cotillard sola ante los micrófonos.

La actriz francesa, que dio el salto a Hollywood en 2003 con "Big Fish" de Tim Burton, llega veinte minutos tarde y, aunque no renuncia a los tacones, viste una amplia camisola negra que disimula sus cinco meses de embarazo.

Saluda en español, "Hola", un idioma que empezó a aprender en el colegio pero luego abandonó. Años después vio la película "Los amantes del círculo polar" (1998), de Julio Medem, que le fascinó, y trató de estudiarlo de nuevo, pero sigue sin hablar con fluidez, admite.

"'Los amantes del círculo polar' es una de mis películas favoritas, y Medem es un director increíble", afirma. "Pero hay tantas cosas que hacer en la vida: tendría que retomar las clases, quizá hacer una película española para aprender de una vez".

Misión suicida en 1942

El guion de "Aliados", que llega este viernes a los cines, cayó en manos de Cotillard por primera vez hace cuatro años y ya entonces se enamoró de la historia, que relata el enamoramiento de una pareja de espías que se conocen en Casablanca en una misión suicida en 1942.

Por entonces el proyecto todavía no tenía director ni reparto. Cuando tres años después le volvieron a hacer la propuesta, ya estaban a bordo Robert Zemeckis ("Regreso al futuro", "Forrest Gump") detrás de las cámaras y Brad Pitt como coprotagonista.

"Eso lo hizo aún más excitante", confiesa. Acostumbrada a dramas intensos como "De óxido y hueso" (2012), en la que pierde ambas piernas, o "Dos días, una noche" (2014), en la que sufre los estragos del desempleo, esta vez la actriz se enfrenta a una historia más ligera, con el amor en el centro.

"Es un 'thriller' de espionaje, pero el tema principal es el amor, cómo el amor sobrevive en tiempos de guerra, especialmente cuando los dos amantes tienen un trabajo como el que tienen, de espías", explica.

En su opinión, la película, además de ser entretenida, plantea preguntas "profundas" sobre el amor y la confianza. Preguntada por cuál ha sido su principal aprendizaje al respecto, le cuesta responder.

"Nunca sé explicar qué es lo que me llevo de los personajes; sólo sé que se trata de explorar el alma humana cada vez más profundamente, pero nunca sé exactamente cómo explicarlo", dice entre varias pausas.

Después de "Aliados", Cotillard tiene varios estrenos pendientes aún, el primero dentro de un mes, "Assassin's Creed", donde comparte protagonismo con Michael Fassbender, y el año que viene la francesa "Rock'n Roll", una comedia musical con guion y dirección de su marido, Guillaume Canet, en la que ambos harán de sí mismos.

"Es un guion muy divertido, provocador, un poco loco. A veces era un poco raro hacer de mí misma, pero confío en el director, me he sentido muy cómoda", sostiene.