El confuso timeline de la franquicia X-Men de Fox ha llegado a su fin con el estreno de Fénix Oscura, la cinta que será la última entrega antes del ingreso de los mutantes en el Universo Marvel. El filme se ambienta en 1992, 10 años después de los eventos de la anterior entrega, Apocalypse. Pero entonces, ¿qué edad deberían tener los protagonistas?

La franquicia X-Men dio un vuelco gracias a Matthew Vaughn y su Primera Generación, que renovó completamente el elenco principal presentando a una versión más joven de Xavier, Magneto, Jean Grey y compañía. Sin embargo, teniendo en cuenta que entre cada entrega hay una década de diferencia... los personajes ahora deberían tener la edad de Ian McKellen y Patrick Stewart.

El principal problema de la nueva saga de X-Men ha sido su insistencia en ambientar cada película en una década distinta, sin dar a los intérpretes como James McAvoy, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, o Michael Fassbender el tiempo necesario para envejecer esos 10 años entre filme y filme... sin tampoco dismularlo en pantalla. Así, aunque han pasado 30 años desde Primera Generación hasta Fénix Oscura, en realidad la apariencia de los actores es casi la misma.

Haciendo unos cálculos rápidos, los personajes deberían tener una apariencia mucho más madura que la de los actores que los interpretan. En Primera Generación se relata que Xavier nació en 1932, por lo que en Fénix Oscura tendría 61 años, mientras que McAvoy tan sólo tiene cuarenta... aunque el actor

Mística por su parte nació en 1932, así que en la película de Simon Kinberg tendría 59 años, mientras que Jennifer Lawrence sólo tiene 28. Esto podría explicarse por el factor regenerativo de la mutante, pero no pasa así con Magneto, que era un adolescente en el Holocausto, y en 1992 tendría 63 años. Fassbender tiene 42 años.

Con el resto de personajes la brecha es más pequeña ya que muchos de ellos aparecieron por primera vez en Apocalypse, salvo Quicksilver que era un adolescente en Días del Futuro Pasado por lo que en Fénix Oscura podría tener treinta y tantos años. Aun así, y pese a los esfuerzos de Kinberg por cerrar su preciado Universo mutante, nada de esto encaja. Y ciertamente, es un problema más que añadir a la confusa cronología de X-Men.