Después de estar dos horas a remojo, las lentejas se ponen a hervir —sin cambiar el agua— con una hoja de laurel y un poco de sal, durante 30 minutos a fuego lento.
Una vez cocidas, se pasan por un colador, y se conserva el agua de la cocción. En esta agua se echa el caldo de verduras hirviendo y se pasa la mezcla a un cuenco.
Con un pasapurés se reducen a puré tres cucharadas de lentejas y se unen al cuenco para espesar el líquido. Este líquido se pasa a una cazuela, donde se une con las lentejas que se habían reservado. Por encima se distribuye la cebolla picada muy fina. La cazuela se pone en el fuego y se termina de cocinar en unos 10 minutos.