El Mesón Racó de Toni vuelve a lo grande a los «Menjars de la Terra»

La histórica cocina de Altea emociona en su reencuentro con una cita que ensalzó los productos locales, las raíces mediterráneas y la pasión por el recetario tradicional

El mítico Racó de Toni de Altea repite y triunfa en "Menjars de la Terra"

El mítico Racó de Toni de Altea repite y triunfa en "Menjars de la Terra" / Rafa Arjones

Elena Sanz López

Elena Sanz López

El Mesón Racó de Toni celebró ayer su regreso y lo hizo con la fuerza, el sabor y la emoción que solo los clásicos atesoran. Cuarenta y tres años después de abrir sus puertas y casi cuatro décadas desde su primera participación en las jornadas «Menjars de la Terra», el restaurante situado en el municipio de Altea volvió a formar parte de este recorrido gastronómico que rinde tributo a la cocina de proximidad, a los productos de la tierra y al amor por lo autóctono.

Como no podía ser de otra manera, el histórico establecimiento regresó con su chef y fundador Antonio Sánchez, todavía al pie del fogón y rodeado de sus hijos, que hoy dan continuidad a una historia familiar que ya forma parte del patrimonio emocional de la Marina Baixa.

Los fundadores del Mesón Racó de Toni.

Los fundadores del Mesón Racó de Toni. / Rafa Arjones

Este miércoles, el mítico restaurante alteano acogía la tercera jornada del ciclo culinario «Menjars de la Terra», una cita que busca recordar, reconocer y reivindicar la excelencia de la cocina alicantina. Esta semana, con un protagonista indiscutible en el plato: el níspero de Callosa d’en Sarrià, joya de la agricultura local y Denominación de Origen Protegida que ha encontrado en esta temporada —bendecida por las lluvias— su mejor expresión.

Aroma a raíces

La emoción se notaba en el ambiente del Mesón Racó de Toni. No era una jornada cualquiera. Era el reencuentro con una parte fundamental de la historia gastronómica de la provincia. «Nada más contactaron con nosotros, no dudamos ni un segundo en decir que sí», recordaba José Ignacio Sánchez, jefe de sala e hijo del fundador del establecimiento. «Esta casa siempre ha sido muy amante de Pomata», decía en referencia a Antonio González Pomata, el periodista que ideó y dio forma a estas jornadas.

El maestro cocinero, Antonio Sánchez, entre fogones.

El maestro cocinero Antonio Sánchez entre fogones. / Rafa Arjones

Por su parte, Antonio Sánchez no necesita presentación en la comarca. Su vida es una enciclopedia del oficio, que comenzó a escribir a los 12 años en las cocinas de Valencia y que le llevó desde Mallorca hasta Benidorm, pasando por hoteles, restaurantes y eventos en Francia, Portugal y toda la Comunitat Valenciana. «Soy un enamorado de nuestra tierra. Me gusta la cocina tradicional y siempre me he quedado con los platos autóctonos», afirmaba con emoción momentos antes de dar comienzo el evento.

José Ignacio Sánchez, jefe de sala, durante el servicio de la jornada del miércoles.

José Ignacio Sánchez, jefe de sala, durante el servicio de la jornada del miércoles. / Rafa Arjones

Una historia familiar

Hoy, junto a Antonio Sánchez, están sus hijos. José Ignacio Sánchez, en sala, y Antonio Sánchez hijo, en la cocina. «Somos un restaurante familiar que justamente el día 2 de abril hizo 43 años. Clásico de Altea, de la Marina Baixa. Trabajamos con producto autóctono, kilómetro cero, y una cocina tradicional con toques de modernidad», explicaba José Ignacio. Y lo cierto es que ese equilibrio entre pasado y presente fue el gran secreto del menú que ofrecieron. Un homenaje a la tierra, al mar, a la historia y al sabor auténtico. Y si hay un producto que encarna esa conexión entre tradición, entorno y temporalidad, ese es el níspero. La fruta de Callosa d’en Sarrià brilló en el menú del Racó de Toni. «Tiene algo de brujería», decía José Ignacio Sánchez. «Ese toque de mar aunque crezca en la montaña. Esa brisa le aporta algo único al sabor», matizaba el chef y fundador del lugar.

Ensaladilla de pulpo.

Ensaladilla de pulpo. / Rafa Arjones

El níspero se coló en una vinagreta que acompañaba a unos sepionets de la bahía, dando al bocado un juego de texturas y acidez que sorprendió. Pero donde realmente destacó con fuerza fue en el postre: una sopa de chocolate Marcos Tonda coronada con un helado casero de níspero, almendra salada y un toque de café. «Ese helado es algo encantador del sabor que tiene, de lo que deja al final», comentaba el chef entre bastidores. «Siempre que es temporada, lo trabajamos. Si no es de temporada, no lo usamos», aclaraba.

Sepionet de la bahía con vinagreta de nísperos.

Sepionet de la bahía con vinagreta de nísperos. / Rafa Arjones

Un menú legendario

El menú completo fue un viaje sensorial por la Marina Baixa. Comenzó con un cóctel de bienvenida que incluía almendras fritas Zaral y pan de pueblo con anchoa y ñora, acompañado por vinos de Enrique Mendoza.

Guiso de sepia con habas.

Guiso de sepia con habas. / Rafa Arjones

Le siguieron una ensaladilla de pulpo y un delicioso bacalao con espencat y jugo de pollo al ajillo. Otro de los platos que sorprendió fue el guiso de sepia con habas, una receta tradicional elevada con el toque de una cocina que sabe cuándo arriesgar.

Bacalao con espencat y jugo de pollo al ajillo.

Bacalao con espencat y jugo de pollo al ajillo. / Rafa Arjones

El plato principal, un caldero de arroz meloso con atún, alcachofas y calamaret, consolidó la sensación de estar ante una cocina con memoria, pero también con técnica y visión.

Caldero de arroz meloso con atún, alcachofas y calamaret.

Caldero de arroz meloso con atún, alcachofas y calamaret. / Rafa Arjones

Altea y su sabor

Sopa de chocolate, helado de nísperos, almendra salada y café.

Sopa de chocolate, helado de nísperos, almendra salada y café. / Rafa Arjones

La elección de Altea como sede de esta jornada no fue casual. La concejala de Turismo, Xelo González, lo expresó de esta manera: «Para nosotros es un honor que estas jornadas se realicen en Altea. Ya sabéis lo que tenemos aquí: la huerta alteana, el pescado de la bahía y productos siempre de primerísima calidad». Y sobre el Racó de Toni, no escatimó en elogios: «Es un restaurante de mucho nivel, siempre se come bien, es una apuesta segura».

El evento continúa

«Menjars de la Terra» aterriza este mediodía en L’Alfàs del Pi, donde el restaurante Can Tapetes ha preparado otro gran recibimiento para la que es la penúltima jornada del recorrido por las Marinas.

Los asistentes podrán degustar distintos platos elaborados con productos de cercanía de primera calidad. Buen Provecho.

Jueves 10 de abril

Can Tapetes

(L’Alfàs del Pi)

Entrantes:

Vermut Artesano.

Crema de erizos gratinados con holandesa de nísperos.

Pan de hogaza con aceite, alioli y tomate.

Embutidos secos con chutney de nísperos.

Primer plato (a compartir):

Ensalada de guacamole con ceviche de gamba blanca de Calpe, tomate y vinagreta de nísperos.

Pulpo a la parrilla con parmentier de patata con queso fresco y sobrasada.

Mussoleta en escabeche de cítricos con nísperos.

Principal:

Arroz meloso de pota encebollada.

Postre:

Coca «Can Tapetes» con chocolate Marcos Tonda y vino dulce.

Nísperos al natural con moscatel. 

Bodega:

Licores de níspero y aguardiente, Enrique Mendoza Chardonnay y Laurum Monastrell.

PRECIO POR PERSONA: 43 € (IVA incluido)

Reservas: 966 864 621

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