Las provincias de Alicante, Valencia y Castellón tienen unos rincones preciosos para escaparse y disfrutar de unos días de descanso. Te los enseñamos.
Altea
Perderse por las calles del casco antiguo y descubrir su Baluarte y Recinto Renacentista, declarado Bien de Interés Cultural, nos dará a conocer su trazado fundacional de 1617, con edificios de los siglos XVIII y XIX, así como las puertas de acceso al recinto fortificado.
Altea
La mejor forma de adentrarse en Altea es recorrer a pie una de sus cinco rutas, guiados por tótems situados por toda la zona, conoceremos el encanto de Bellaguarda, el Baluarte de la Casa de la Señoría, el Raval Marinero, el Portal Nuevo o el BIC.
Calp
Bajo la atenta mirada del majestuoso Peñón d'Ifach se encuentra la localidad de Calp, con esencia de pueblo de pescadores, es uno de los rincones más bellos de la costa alicantina. Calp es playa pero también historia, nada mejor para pasar unos días de descanso.
Morella
Este municipio castellonense ha crecido a los pies de su castillo, icono indiscutible del lugar. Las calles empedradas de Morella aún guardan la esencia de todas las civilizaciones que pasaron por ella. Sus bellas murallas medievales, su acueducto y templos como la iglesia arciprestal de Santa María la Mayor son solo algunos motivos por los que la localidad ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico.
Peñíscola
Representa una hermosa combinación de historia y ambiente mediterráneo. Conocida como Ciudad en el Mar, destaca por su singular ubicación sobre un peñón que se adentra en el agua. El punto más elevado lo ocupa el imponente Castillo del Papa Luna, desde el que es posible divisar la bahía de Peñíscola. Las callejuelas de la ciudad antigua están cargadas de encanto, siempre acompañadas de la brisa marina.
Bocairent
Las calles empinadas y escalonadas del barrio medieval conviven con las construcciones góticas y las reminiscencias islámicas en Bocairent, un pueblo ubicado en el extremo sur de la provincia de Valencia y en el que también son muy apreciadas su festividad de Moros y Cristianos.
Castell de Guadalest
Guadalest es un destino perfecto para realizar una excursión de un día desde Alicante o Benidorm. Está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1974 y forma parte de la Asociación Los pueblos más bonitos de España.
Castell de Guadalest
Este pequeño municipio de apenas 200 habitantes emerge en medio de un paisaje montañoso. Pero, sin duda, lo más llamativo de este lugar es el castillo. Se erige sobre un risco y ofrece unas vistas extraordinarias del pantano de Guadalest.
Vilafamés
De origen árabe, el municipio está coronado por un flamante castillo y la pequeña iglesia de la Sangre a sus pies. Pasear por sus calles angostas traslada a la época musulmana ya que se conserva la cimentación del castillo y las torres. Uno de sus atractivos son el castillo y Muralla, situado en la cima de la montaña además de la Roca Grossa ubicada en la mitad del pueblo.
Illes Columbretes
Las Columbretes son un pequeño archipiélago, de origen volcánico, situado frente a las costas de Castelló. Es un paisaje marítimo significativo por sus características de insularidad, su flora y fauna; conformando con todo ello un entorno medioambiental y paisajístico único en las tierras valencianas.
Chelva
Esta escapada es perfecta para pasar el día ya que se encuentra a tan sólo 70 kilómetros de València. Se trata de una localidad con mucha historia, ya que hay yacimientos del Neolítico y la Edad del Bronce. Además podrás recorrer los barrios árabe, morisco y judío del casco antiguo, la Plaza Mayor, donde se encuentra la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, la Playeta, El paso de Olinches, el Puente del Retillo, la Fuente del Cuco, la Fábrica de Luz, el Barrio Morisco, Barrio Judío y la Ermita de la Santa Cruz.
Xàbia
Xàbia ofrece unos paisajes increíbles, entre los que encontrarás preciosas playas y calas vírgenes abrazadas por abruptos acantilados. Es un lugar perfecto para pasar unas vacaciones que cada vez atrae a más famosos cada verano.
Xàbia
Xàbia se encuentra entre Denia y Moraira, y gracias a las montañas del Mongó que la resguardan del viento, goza de un clima cálido y privilegiado durante todo el año. El casco histórico está situado a unos dos kilómetros de la costa y su recinto amurallado guarda en su interior un laberinto de calles empedradas y rincones de gran belleza.
Perderse por las calles del casco antiguo y descubrir su Baluarte y Recinto Renacentista, declarado Bien de Interés Cultural, nos dará a conocer su trazado fundacional de 1617, con edificios de los siglos XVIII y XIX, así como las puertas de acceso al recinto fortificado.