Ya casi nadie duda que La Isla de las Tentaciones es uno de los programas del momento. Y eso que es un programa que está totalmente cuestionado tanto por el público como por los propios participantes. Y es que a casi nadie se le escapa a día de hoy que este formato está grabado y que lo que los espectadores están viendo a día de hoy en sus pantallas tuvo lugar hace meses. De hecho, tal y como se pudo ver este fin de semana, muchos de los jóvenes que están participando en este formato que se emite en Cuatro y Telecinco han tenido que borrar de sus perfiles en redes sociales sus fotos de su actual pareja para que no parezca que todo está grabado.

Si algo tienen de bueno los reality shows con los que Mediaset espolvorea su programación (desde Gran Hermano a Supervivientes), es que este tipo de programas sirven para rellenar huecos (varias noches a la semana entre el debate y los correspondientes programas y galas), que enriquecen tanto los datos de audiencia de Telecinco como de Cuatro (subiendo mucho el share de media sobre todo del segundo canal de Mediaset), y que pueden seguirse gracias a todos los canales del grupo prácticamente en directo. Pero ese no es el caso de La Isla de las Tentaciones.

Los seguidores del reality presentado por Mónica Naranjo aseguran que se pierde frescura ya que lo que se está viendo en casa son todo vídeos editados. Sin embargo el vídeo del que más se está hablando estos días no es ninguno que se haya emitido en ningún canal de Mediaset. Más bien al contrario. Estos días se habla de unas imágenes que una usuaria de Twitter colgó en las redes sociales y en las que se puede ver a un participante en una edición internacional de este concurso abandonando la isla en la que estaba recluido y corriendo hacia su novia.

El vídeo en el que el joven llega incluso a sortear la seguridad del propio programa tiene ya cientos de miles de visualizaciones.

La actuación del joven (al que sometieron a imágenes de todo tipo para provocar su reacción) provocó en su día también muchas reacciones además de un intenso debate acerca de hasta dónde tienen que llegar los límites de la televisión y de los programas de este tipo que juegan y explotan los sentimientos humanos para generar audiencia.