En la última entrega de 'La última tentación' Lucía compró que Isaac le había sido infiel. Este lunes el apodado como "Lobo" acudió al plató de 'El debate de las tentaciones' para explicar de primera mano cuáles fueron los motivos que le llevaron a caer en la tentación con Bela y engañar a la que era su pareja de unos meses, a la cual también conoció en su paso por la tercera edición del reality.

A su llegada a plató, Isaac argumentó que no iba a intentar justificarse porque sabía que no actuó bien: "Empecé con Lucía estando enganchadísimo a ella. Me fui a vivir con ella a Cádiz y estaba enamoradísimo de ella. Nos dieron la oportunidad de entrar al reality, lo pensamos mucho y al final decidimos ir", empezó diciendo.

Isaac afirmó que estaba "convencidísimo" de que no iba a caer en la tentación, "pero pasar de estar todo el día juntos, a no verla... Me dio el bajón". "No había tenido tiempo de asimilarme a mí mismo, a reencontrarme. Me di cuenta que necesitaba tiempo para estar solo, para estar con mis amigos, mi familia. Y para mí Bela fue una vía de escape, sé que fue un error, pero no era capaz de dejarlo. No soy perfecto", explicó. El participante explicó que ya tuvo un affaire previo al reality con Bela, su tentación: "Siempre me ha atraído... (... ) Y al final pasó porque llevaba días dándole vueltas a la cabeza".

Sus argumentos no convencieron a los colaboradores, que no dudaron en atacarle por engañar a Lucía, que ya sufrió lo mismo en su primer paso por el reality. Únicamente Suso le echó un capote y dijo que lo entendía. Él se derrumbó: "Me parte no haber sabido llevar una situación que me gustaría haber controlado".

El programa también indagó en cómo había sido la breve relación de Isaac con Lucía: “Hemos hecho muchas cosas en muy poco tiempo y ha sido muy intenso”, explicó él. Los colaboradores quisieron saber si se refería a que habían hablado de un compromiso o incluso de una paternidad. “Yo cuando quiero a alguien me entrego al cien por cien”, dijo. Sus palabras sorprendieron a Sandra Barneda: “Pero qué miedo das, tío, porque te entregas al cien por cien y te entregas a otra persona al cien por cien. Te lo digo de buen rollo porque cada uno es como es, pero ostras... Es para pensártelo”, le soltó, dejándole sin posibilidad de réplica.