Tú lo dijiste como una broma. Este verano pondrán otra vez los 40 episodios de Curro Jiménez; y cuando se les acaben, los de Verano azul. ¿Para qué esforzarse más? Si la gente los ve encantada, aunque los sepa de memoria. Dicho y hecho. En la sobremesa ya cabalgan los bandoleros. Ten La 2 para esto.
El argumento para reponer El comisario Montalbano ha sido demoledor. De los 37 episodios que componen la serie, queda uno inédito. Plan previsto: se reponen episodios dobles en pleno prime time durante 18 semanas, y llegado octubre se estrena el capítulo nuevo con todos los honores. El jueves se repite la operación con la serie Los bastardos de Pizzofalcone.
Los viernes y los domingos, se tira de catálogo para reponer cine español, y los sábados, cine europeo. Y la noche que nos queda, la de los miércoles, recurrimos al contenedor Tesoros de la tele. Pero los mismos que ya se emitieron veranos pasados.
La audiencia no se va a resentir en absoluto (está claro que con este esquema la cuota de pantalla no bajará del 3%), y el coste de las emisiones es prácticamente cero. Pero claro, uno piensa en lo que podría ser La 2, en ese laboratorio de experimentación, en esa ventana permanentemente abierta a lo que sucede, en esa cadena viva donde late el pulso de la vida, y comprueba en lo que se ha convertido, que no difiere en absoluto a una especie de Play RTVE pero sin pizca de experimentación, y la verdad es que le abren las carnes.
Llegará el otoño y volverá el hálito a esta cadena aletargada. Que pese a todo, en el país de los ciegos, sigue siendo la reina de la sensatez. Triste paradoja.