Los polos opuestos se atraen pero puede que esta cita de ‘First Dates’ rompa con ese mito. Y es que Adrián y Sara no pueden ser más distintos y, por ello, se han ido cada uno por su lado, aunque eso no ha impedido que hayan podido gozar de una cena agradable y con un tema de conversación algo “picante”.

Sara ha ido al programa de Carlos Sobera a encontrar el amor porque éste, de momento, no le ha sido muy favorable. “Las relaciones que he tenido se acaban estancando” y echó en falta la sinceridad, le explicaba al presentador, para añadir que buscaba a alguien extrovertido con el que compartir su vida. Por supuesto, también busca a un chico sincero, para no caer en los “errores” de anteriores relaciones. A Sara le gusta mucho el arte dramático, cantar, pintar y el rap y aunque vive en Madrid le gustaría vivir en otro sitio después de acabar sus estudios, por ejemplo, en Barcelona o Asturias. 

Por su parte Adrián es un fanático del cine para el que “todo tiene que estar en número par” y al que no le gusta mucho salir de fiesta.

El tema estrella: el sexo

Durante la cita la conversación ha ido avanzando hasta que ambos han comenzado a hablar de sexo gracias al juego propuesto por el programa: el Rasca del Amor. Ahí es donde ha comenzado el “picante” de la conversación y donde Sara lo tiene claro. “Todo el mundo es bisexual”. Pero la conversación no ha quedado ahí ya que han comenzado a hablar de tríos. Mientras Sara ha confesado que había hecho tríos “con dos chicos, con un chico y una chica...” Adrián por su parte ha sido sincero y ha declarado que él no había hecho ninguno, aunque “soy bastante abierto para eso” a pesar de confesar que nunca ha estado con un chico. Parece que al joven no le importaría vivir esta nueva experiencia.

Aunque a Sara también le ha confesado otro deseo: tener una relación sentimental con una mujer. “Nunca he estado en una relación con una chica, pero es algo que me gustaría”, ha confesado la joven.

 

Otras citas de ‘First Dates’ que no te puedes perder

El programa de Carlos Sobera nos ha dejado momentos memorables como la confesión de un comensal que anunciaba que bebía agua de coco y su propia orina o cuando Shayla acorraló a Tomás en un jacuzzi.