Con uno de los últimos estrenos de Netflix, "Gunther, el perro millonario (Gunther’s Millions)" llega a los espectadores una historia que pocos creerían y que supera, hasta incluso, la historia del perro más grande del mundo. Este pastor alemán, que llegó a comprar la casa de Maddonna, posee un yate, propiedades en Italia y tiene contratratados a más de una veintena de empleados para que le sirvan el pienso exactamente como a él le gusta. En total, Gunther cuenta con una fortuna de más de 400 millones de dólares: una cifra que algunos jamás llegaremos a olfatear. Por supuesto, Gunther cuenta con otros lujos: duerme en una cama de terciopelo y se desplaza de aquí a allá en limusina.

Podemos leer en la sinopsis de la plataforma, no obstante, que lo más raro no es el perro en cuestión y su cuenta bancaria, sino su dueño (que gestiona todos los bienes del animal). A través de los capítulos de la miniserie “Un perro con suerte”, “La casa del perro”, “En Gunther confiamos” y “Herencia canina”, podemos seguir la vida de este curioso perro.

Linaje de pedigree, ¿hijo de una condesa?

La leyenda de Gunther se remonta (o eso dicen) a más de 40 décadas y seis generaciones perrunas. Actualmente vive en Miami y su millonaria fortuna dejaría con la boca abierta a más de un humano. Sin embargo, muchos creen que Gunther es realmente parte del linaje de una afamada condesa, misterio que muchos han desmentido afirmando que la fama de “conde” del perro fue una mera estrategia publicitaria por parte de del actual dueño.

Maurizio Mian es el actual dueño de Gunther, el perro millonario: es empresario italiano y heredero farmacéutico. Mian ha utilizado a Gunther como símbolo publiciario en varias iniciativas y, al parecer, él mismo habría sido el encargado de “inventar” a la condesa. Al menos, lo que muchos afirman es que el dueño del afamado pastor alemán admitió que el tema de la condesa era un invento para dar caché a Gunther y lo hizo a un periódico italiano en el año 1995. Habrá pues, que tirar de hemeroteca.