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La crítica de Monegal: Josep Pla visita TV-3 y fallan las endivias

Judit Martín en ‘Està passant’ interpreta a personajes famosos con una mezcla de surrealismo y patafísica

Judit Martín como Josep Pla (TV-3).

Siempre miramos en casa con mucha simpatía este repertorio de clonaciones, transformaciones, caricaturas, que viene protagonizando la actriz Judit Martín en ‘Està passant’ (TV-3). Interpreta a personajes famosos con una mezcla de surrealismo y patafísica, y junto a las excelentes labores de maquillaje y caracterización, nos hace pasar unos ratos entretenidos.

La gracia del trabajo de Judit es que consigue un aire entre estrafalario y despistado muy divertido. Ella no falla nunca, lo que falla es el guion, las preguntas que sus ‘partenaires’ de plató (Toni Soler y Jair Domínguez) le formulan para construir un clima. Hace unos días Judit salió de Monna Lisa. Con excelente criterio cómico le adosaron en la espalda un lienzo, un cuadro, con ese fondo de montañas difuminadas que aparecen en la pintura original. O sea que esperábamos alguna pregunta acerca de ese misterioso paisaje que aparece tras la Monna Lisa.

Asegura algún historiador ‘nostrat’ que Leonardo Da Vinci lo que pintó allí son las montañas de Montserrat. ¡Ah! Habría sido interesantísimo conocer de primera mano la opinión de la protagonista del cuadro. Nos habría iluminado y a la vez entretenido muchísimo. Esta semana Judit Martín ha salido transformada en Josep Pla. Una deliciosa ‘performance’ con boina y bastón incluidos. Pero le preguntaron cositas muy poco nutritivas. Por ejemplo, por qué a una de sus obras más emblemáticas la tituló ‘El quadern gris’. Y contestó, naturalmente, que si el ‘quadern’ en lugar de ser gris hubiera sido rojo lo habría titulado ‘El quadern vermell’.

Hombre, ya que tenían a Pla sentado en un plató de Sant Joan Despí, lo oportuno habría sido preguntarle su opinión del procés, del ‘consell de la república’, de Waterloo.... ¡Ahh! Dicen los que han leido bien sus ‘Cartes de lluny’, que de Bélgica lo que más le interesaba eran las endivias. Estoy seguro de que Judit Martin, en su transformación ‘planiana’, nos habría deleitado verbalizando su reconocida ‘sornegueria’.

Reclamo pues, humildemente, que los guionistas del ‘Està passant’ afinen las preguntas. Nos hemos quedado sin saber si la Gioconda tiene Montserrat al fondo. Seguimos en la duda de si Leonardo era florentino o de Altafulla. Y nos falta constatar fehacientemente que a Josep Pla lo único que le interesaba de Bélgica era cómo preparan las endivias.

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