Si sintieron que lo sufrido por el grupo de 'Perdidos', o las jóvenes de 'The wilds', fue un calvario, esperen a ver la deriva del equipo de fútbol juvenil femenino de 'Yellowjackets' (Movistar+, desde el lunes, día 15) tras sufrir también un accidente de avión y caer en mitad de ninguna parte. Ashley Lyle y Bart Nickerson (guionistas-productores de la saga 'Narcos') se atreven a ir donde William Golding, en realidad, no llegó con 'El señor de las moscas'.

En el fantástico primer episodio de la serie, la directora Karyn Kusama captura el angst adolescente (femenino, en concreto) tan bien como hizo en la película de culto creciente 'Jennifer's body'. En charla con este diario, la actriz Ella Purnell (que, de acuerdo, aceptamos como estudiante de instituto aunque tenga 25 años) destaca el interés de Kusama por la precisión psicológica: "La serie tiene un reparto enorme, simplemente enorme, pero ella entendía al milímetro a cada personaje, además de las relaciones particulares e intrincadas de cada uno con todos los demás".

Un recital coral

Hablamos de un reparto enorme, simplemente enorme, en más de un sentido: a Purnell (como la chica rica Jackie, especie de líder del equipo) se unen las promesas Sophie Nélisse (introspectiva Shauna), Sophie Thatcher (rockera Natalie), Samantha Hanratty (marginada Misty) y Yasmin Savoy Brown (equilibrada Taissa), que interpretan a las cuatro supervivientes a las que conocemos, veinticinco años después, encarnadas por Melanie Lynskey, Juliette Lewis, Christina Ricci y Tawny Cypress: casi nada.

Mientras se desarrolla en los noventa, 'Yellowjackets' es un truculento y tenso ejercicio de terror de supervivencia. Cuando salta al presente, el frenesí hormonal da paso a la decepción adulta y la serie se convierte en drama de suspense con toques de humor negro. Las cuatro antiguas compañeras han seguido adelante con sus vidas, en parte porque han aprendido a compartimentar recuerdos y llevan años sin hablarse entre ellas. Shauna lleva una vida infeliz como ama de casa: su marido suele (misteriosamente) volver tarde del trabajo y su hija no se esfuerza por comunicarse con ella. De nuevo, ha tocado a Lynskey, como en 'Togetherness', el papel de una mujer hundida en un matrimonio sin chispa. "Es un poco, es cierto, un regreso a aquella serie, solo que con algunos elementos añadidos", dice y sonríe. "Creo que acabo en esta clase de papeles de esposa triste por mi edad y mi aspecto de persona cercana. Pero no tengo problemas con ello. De hecho, en esta serie me parecen tan intrigantes las escenas cotidianas como aquellas con persecuciones y misterio. La vida cotidiana también resulta un enigma".

La amistad nacida del trauma

Sin entrar en excesivos 'spoilers', diremos que, en 2021, alguien se ha decidido a saldar cuentas y las supervivientes tratan de averiguar quién las está acosando. La más entregada es Misty, detective aficionada cuando no ejerce como inquietante enfermera. "Misty", nos dice Christina Ricci sobre su personaje, "tiene la personalidad de una chica exprimida. Coge a una persona rechazada y antisocial y aplica veinte años de constantes desprecios. ¿Qué puede salir de algo así? Una persona pasivo-agresiva, que ha aprendido a sacar beneficio de su presunta debilidad". Una imagen mucho más poderosa proyecta Taissa (Tawny Cypress), aspirante a senadora estatal ("la Kamala Harris 'queer'", la llaman) cuyo hijo ha empezado recibir visitas de una mujer misteriosa.

Por su parte, Juliette Lewis (como Ricci, icono del Hollywood de los noventa) saca su lado más rockero en su interpretación de Natalie, quien se entregó a las drogas, la bebida y el sexo tras la aventura de supervivencia. Cuando la conocemos, parece ir por mejor camino, "pero enseguida descubres que sigue en las mismas", explica Lewis. "Entregada a la autodestrucción y ahora también la venganza. Era interesante bucear en todo eso. Me gusta la serie porque habla de una amistad resultante no de momentos felices, sino sobre todo de los lazos creados por una experiencia traumática". Suena a (y es) serie cruda, pero 'Yellowjackets' también es regocijante y adictiva: quién sabe si un éxito sorpresa de esta recta final del año.