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Estreno sonado

'Pam & Tommy': la 'sextape' robada que cambió el mundo de la fama

HULU Disney+ estrena el miércoles, día 2, una serie de ocho episodios sobre el robo y distribución del vídeo de luna de miel de Pamela Anderson y el batería glam metal Tommy Lee

Lily James y Sebastian Stan como Pamela Anderson y Tommy Lee.

Entre las tendencias al alza de las series figura la historia arrancada de titulares reales, como demuestran la inminente '¿Quién es Anna?' (sobre el caso de Anna Delvey, supuesta heredera alemana que se cameló a media élite neoyorquina) y un par de exploraciones de compañías controvertidas como 'Super Pumped: La batalla por Uber' y 'WeCrashed' (sobre WeWork, imperio del 'coworking'). 

Antes que todas ellas se estrena 'Pam & Tommy' (Disney+, miércoles, día 2), serie de ocho episodios sobre el robo del vídeo de luna de miel de Pamela Anderson (icónica C.J. Parker en 'Los vigilantes de la playa') y Tommy Lee (batería de Mötley Crüe) y su posterior distribución comercial sin el consentimiento de la pareja. Considerada uno de los primeros vídeos virales de la historia, esta mítica 'sextape' (en realidad casi más entrañable reality) está en la base de una clase de celebridad sin miedo a airear la intimidad.

Historia de un robo

Robert Siegel (guionista de 'El luchador') se ha inspirado para escribir la serie en el glorioso artículo de Amanda Chicago Lewis publicado por 'Rolling Stone' en 2014, en el que hablaba el mismísimo ladrón de la cinta: Rand Gauthier, hijo del actor Dick Gautier (el robot humanoide Hymie de 'Superagente 86'), actor algo tímido en más de setenta películas porno (estuvo casado con la estrella del género Erica Boyer), más dotado al parecer para los cables y la carpintería.

La serie arranca en primavera de 1995, cuando Gauthier (interpretado por Seth Rogen) trabajaba en un nuevo y extravagante dormitorio para Anderson (Lily James) y Lee (Sebastian Stan), quien no deja de improvisar sobre la marcha sin hacer las cuentas necesarias con los obreros. Cuando Lee prescinde caprichosamente del equipo y deja dinero por pagar, Gauthier planea una forma de recuperar dinero y dignidad: robar la caja fuerte del garaje de los tortolitos, en la que encuentra, además de joyas, algo que no esperaba y que podría tener aún más valor.

Del lado de Pam 

Pero ni Siegel ni el director Craig Gillespie ('Yo, Tonya') parecen realmente del lado de Gauthier, sino que reservan mayores simpatías a Pamela Anderson, representada menos como una caricatura de rubia neumática que como persona de carne y hueso, con sus contradicciones, sus equivocaciones y su plena conciencia de los pros y contras de su retocado físico. Si hay una víctima en esta historia, fue ella: víctima del carisma del tarambana Lee y, sobre todo, de una moralidad que juzgaba (que juzga) de forma distinta a hombres y mujeres. Su carrera se fue bastante al traste con esa cinta. (Y, bueno, también con aquel funesto remake de 'Casablanca' llamado 'Barb Wire', en el que por otro lado también salía el actual protagonista de 'El libro de Boba Fett').

Lily James (sí, es la misma Lily James que protagonizó la 'Cenicienta' de Kenneth Branagh) sabe dar delicadeza de matiz a la 'playmate' y socorrista ficticia. Tanto James como Stan se pierden en sus personajes, en parte gracias a toda clase de trucos protésicos, incluyendo piercings en los pezones para Stan. Dicho esto, quizá resultaba aún más creíble el Tommy Lee del rapero Machine Gun Kelly en 'The dirt', biopic de Mötley Crüe estrenado por Netflix hace tres años.

La cinta que lo cambió todo

El vídeo de Pam y Tommy supuso casi un antes y después para la cultura de la celebridad. Ejerció como transición entre dos clases de fama: aquella nacida sobre todo a base de respetabilidad o distancia y aquella conseguida gracias a la disponibilidad o cercanía. Puede que Pam perdiera posibles trabajos, pero, solo unos años después, la (supuesta) filtración de vídeos similares no afectó a las carreras de Paris Hilton Kim Kardashian.

Mientras tanto, Anderson parece seguir tocada por todo aquello. Quizá consciente de lo que se le venía de nuevo encima con 'Pam & Tommy', hace un año dejó Facebook, Twitter e Instagram. En su mensaje de despedida aseguraba no estar interesada en las redes sociales y que había llegado a la vida que aspiraba, a "leer" y "estar en la naturaleza". Respeto máximo. 

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