Pocos currículum en el baloncesto nacional a la altura del de Sergio Rodríguez Gómez (La Laguna, 1987). Para glosar sus títulos faltan renglones, si bien el base isleño se propone ahora “más disfrutar que contabilizar” las hazañas. España inicia en tan solo unos días su concurso en el torneo masculino de baloncesto y aparece entre las favoritas al podio de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.

Terceros Juegos, ¿y la misma ilusión que en los primeros?

Pues sí. Soy un afortunado por haber podido estar en grandes equipos y por haber competido al máximo por grandes títulos como ha sido la Euroliga este año, sin ir más lejos. Tengo mucha suerte por vivir esta experiencia nueva, en la que muchas veces dependes de los ‘timing’ y de las circunstancias. Evidentemente es un momento especial, después de una temporada tan complicada por los test, el virus, las peculiaridades de los viajes y demás, pero en líneas generales nos ha ido bien y confiamos en que así podamos seguir.

¿Cada vez disfruta más de este tipo de concentraciones con la selección?

Primero porque me encanta jugar, es mi pasión; y cada día que voy a entrenar, así lo considero. A medida que pasan los años, este pensamiento se consolida: buscas disfrutar cada momento, cada minuto. Al principio quieres que todo vaya más rápido y saber qué va a ser de ti, si vas a ganar títulos o si vas a llegar a la NBA. Pero conforme pasan los temporadas, buscas retener cada instante porque sabes que llegará el momento que no puedas vivirlos otra vez. No es solo ganar, es también el proceso: las sensaciones, las previas, los momentos juntos... Llegará un día que ya no pueda disfrutar de partidos como los que vienen ahora.

Y cuando echa la vista atrás, ¿con qué se queda?

Es difícil quedarme con un momento solo. Cada vez que hablo de mi trayectoria, me quedo con que he vivido muchos momentos felices. Y muy diferentes: el estreno en la ACB, ir a la NBA, haber jugado en varias ligas europeas, los títulos con el Madrid, las medallas olímpicas... Todo ha sido muy especial y cuando pasan los años, lo valoras más, en las últimas temporadas además de una forma diferente porque son logros que he celebrado y disfrutado en compañía de la familia.

Ahora que habla de la familia, ¿cómo le ha cambiado la vida ser padre y tener ahora otras responsabilidades aparte de las deportivas?

Las prioridades cambian, pero sí siento que ha sumado mucho para nosotros haber vivido fuera de España y en culturas diferentes. Eso enriquecerá a mis hijos. Es una parte muy positiva de la parte final de mi carrera que estoy viviendo con mucha intensidad. Como familia hemos sabido adaptarnos a Estados Unidos, Rusia y ahora también a Italia. Pienso que eso nos ha fortalecido como personas.

No me gustaría dejar pasar la ocasión de preguntarle por otro perfil suyo, el más generoso y solidario. El año de la pandemia colaboró activamente con el futbolista Pedro de la campaña ‘Tenerife juega en equipo’ y ahora se ha embarcado en una nueva experiencia como embajador de ‘Save the children’. Y no ha dejado de estar pendiente de las necesidades más urgentes que acucian a su tierra.

Tenemos un altavoz grande para poder expresar lo que sentimos y en mi caso con ‘Save the children’ he tratado de reivindicar la necesidad del apoyo a los niños, especialmente en el marco de dramas humanitarios que han ocurrido a escasos kilómetros de mi casa. Me refiero al problema de la inmigración. Todos debemos aportar nuestro granito de arena. Y creo que nosotros, los deportistas con cierta repercusión, debemos ayudar en la medida de lo posible. En eso estamos.

Hablemos de lo que empieza en las próximas horas. ¿Qué supone Tokio 2020 para Sergio Rodríguez?

Siempre estar con la selección es especial, pero en unos Juegos Olímpicos todavía más. Los vivimos como una familia. Y como te contaba antes, ahora lo importante es disfrutar de cada momento. Llega un tramo muy especial de toda la temporada y están focalizadas todas las energías en representar a nuestro país de la mejor manera. Será una cita especial para todos.

¿Afronta estos Juegos con más o menos responsabilidad que en citas anteriores?

Los afrontamos con mucha ilusión. Es cierto que ha habido mucha incertidumbre por ver cómo va a acontecer todo. No habrá aficionados en las gradas, no habrá prensa en la medida que estamos acostumbrados... pero cuando estás compitiendo al máximo, las ganas nunca faltan.

¿No se siente privilegiado por asistir a la más que probable despedida de Pau Gasol?

Yo creo que en los últimos seis o siete años se ha hablado siempre de lo mismo y es una pregunta que se nos ha repetido muchas veces. La generación del 80 ha sido pionera en todos los sentidos: gen ganador, longeva... Lógicamente jugar al lado de Pau es una motivación grande y que sea en los Juegos, más aún. Pero cuando empiezan los partidos, no hay otro deseo que no sea ganar. Y seguir adelante hasta el final. Todo lo demás, ya se verá.

¿Esperaba Sergio perdurar tanto tiempo y tantos años en los esquemas de la selección?

Para nada. Fíjate que la primera concentración con la selección fue en 2005. Y aquí seguimos, en 2021. El secreto ha sido vivirlo todo como una familia. Y ganar mucho, claro, eso también ayuda.