O sea, vamos a ver, lleva la derecha una millonada de años procurando ciudadanos alelados, mediopensadores, analfabetos y apolíticos, para que ni les piensen ni les vean ni les oigan ni se enteren ni reclamen ni les pregunten de dónde ha salido tanta pasta Gürtel y a cuánto hemos tocado cada uno, y va Font de Mora Dimissió (es como si fuera un apellido más: sale solo) y se niega a que en unos años todos los valencianos se queden miopes; menuda oportunidad se le ha pasado. Le van a cesar, en cuanto se den cuenta sus jefes. Hombre, Alejandro, le dirán, cómo se te ha escapado, y pagando Zapatero. De esta lo echan, mira tú. Lo que no han podido las plataformas, los padres, los profesores, los alumnos y la decencia, lo va a poder su propio antipatriotismo impulsivo en su modalidad allá va la última ocurrencia, que aquí hay tragaderas para esto y para todo.

Es como una broma: nuestros hijos no van a tener ordenadores en los colegios por su bien. Los manchegos, vascos, andaluces, catalanes, etcétera, sí serán expuestos al pantallazo ZP. Allá ellos, dentro de poco, todos mutantes. Sólo los valencianos nos mantendremos puros y videntes. La cosa da para película, sólo que no está claro el género.

Pero tranquilos, no todos los niños se quedan sin informática; como siempre, los pudientes la tendrán en sus casas; los otros no, porque en la política de crispación que el señor Aznar inició en los 90 (qué bien nos llevábamos todos hasta entonces: se podía hablar de política hasta en la cena de Nochebuena, ¿recuerdan?) se ha impuesto de nuevo la superstición de que el Gobierno de España es nuestro enemigo, y esta vez ataca por los ojos.

Y como vamos tan sobrados de dinero en la comunidad más endeudada de España, vamos y rechazamos once millones de euros, cincuenta mil ordenadores en las aulas de quinto y sexto de primaria de la Comunidad Valenciana, más de mil en San Vicente del Raspeig. Que venga Canal Nou y nos lo explique. Y de paso, que nos cuenten por qué sí se autoriza la venta de todo tipo de artilugios con pantallas de pocas pulgadas y nadie dimite. En la tesis Font de Mora Dimissió, en unos años todos ciegos de todas maneras. Que vayan preparando textos de EpC en braille y todos contentos.

Nuestros gobernantes de la derecha hablan de innovación educativa, pero lo que les tira es el pizarrón, las tarimas y el miedo, a lo edad media; hablan de combatir el fracaso escolar, pero somos los campeones y no tocamos fondo; hablan de apoyo a las universidades, pero les escamotean el dinero; hablan de compensar desigualdades, peroÉ bueno, de eso no hablan, la verdad.

Son unos maestros en eso que se viene llamando el subtexto, que siempre se ha dicho: una cosa es predicarÉ El día que se les vote por lo que hacen y no por lo que dicen, habrá que usar una lupa para encontrarles en el mapa político.