Ha empezado el poszapaterismo, aunque, como comentaban jocosamente algunos "barones" socialistas, siga el zapaterato. ¿Qué será de Zapatero dentro de un año, tras esas elecciones generales que? No veo, la verdad, a ZP retirado en León-les deux-eglises, como De Gaulle, esperando una nueva oportunidad. Tampoco le imagino dando conferencias a seis mil euros por esos mundos de Dios. ¿Entonces? Algunos círculos socialistas, dentro del "barullo sucesorio" que hay montado, han empezado a barajarlo ya: Zapatero para presidente...del PSOE. Sustituyendo a un Manuel Chaves que lleva ya muchos años en un cargo que no es meramente representativo, aunque casi. Sería, claro, en el próximo congreso del partido, se celebre cuando se celebre. No toca hasta 2012, pero algunos, los menos, hablan de adelantarlo para que el ganador/a en las primarias pueda ocupar cuanto antes la secretaría general y unificar la cabeza de candidatura a La Moncloa con el mando ejecutivo en el socialismo.

Veremos; el caso es que el aún presidente del Gobierno y aún secretario general de su partido sigue en el puesto hasta dentro de un año. Ha decidido no disolver anticipadamente las cámaras y celebrar las elecciones generales cuanto tocan: mediados de marzo 2012. Puede que sea lo más conveniente, porque resulta difícilmente explicable el afán que algunos muestran por un anticipo de apenas cinco meses, que paralizaría durante unas preciosas semanas la Administración, precisamente en unos momentos en los que lo que corresponde es acelerar y concretar reformas.

Y, entretanto, van a pasar muchas cosas. La primera, que los socialistas presumiblemente tendrán un cierto descalabro (no el despeñamiento total que se vaticinaba) en las elecciones municipales y autonómicas. La segunda, que a las primarias que se convocarán en el PSOE se presente un solo candidato (Alfredo Pérez Rubalcaba) que se ocupe de salvar los muebles de un socialismo que parece irremisiblemente condenado a dar paso a otra opción política. O puede que se presenten dos o más candidatos, por ejemplo la ministra de Defensa, Carme Chacón; lo que podría vivificar a un PSOE hoy obviamente aletargado. Luego, en tercer lugar, se celebraría (o, más probablemente, no) un congreso extraordinario del PSOE, en el sentido más arriba apuntado. Y, por fin, unas elecciones generales de las que lo más probable será que salga Mariano Rajoy como nuevo inquilino de La Moncloa, sea quien sea su contrincante.

Otra cosa será que, ya sin Zapatero, Rajoy tienda la mano al nuevo líder socialista para alcanzar un pacto de Gobierno que consolide algunas de las grandes reformas estructurales que España tiene pendientes. Todo ello sucederá en un año; me parece que es el momento de respetar los tiempos y el calendario político trazado. Lo urgente ahora, como diría el inolvidable Pío Cabanillas, es esperar. El gran cambio ya se ha puesto en marcha y de poco serviría, me parece, acelerarlo artificialmente. Entretanto, ya digo: oiremos hablar de ese "ZP for president", como señalaba al principio. Creo que, pese a sus muchos errores, dislates y falsedades, merecería al menos ese cargo honorífico: Zapatero es respetado por los suyos, aunque todos comprendan que tiene que marcharse. Repito: veremos qué acaba ocurriendo.