A José María Calleja, recuerden, el rostro de los debates de la extinta CNN+, le salió del alma. Al preguntarle su parecer sobre la situación de los informativos televisivos en nuestro país, y tras defender el modelo de TVE, se refirió a los de Telecinco negando la mayor. No son informativos. Son otra cosa. Son, si se me permite la expresión, chorizo de cantimpalo. Las declaraciones tuvieron lugar en el marco de las VI Jornadas de Periodismo celebradas en la Universidad Miguel Hernández. A pesar de las enormes dimensiones del Aula Magna, las dotes de comunicador de Calleja provocaron que el encuentro fuese cercano, casi íntimo. Logrando que nadie se mirase el reloj y que la conversación fluyese más allá del horario previsto.Chorizo de cantimpalo.

La definición, pronunciada de un modo automático, como el primer disparate que pasa por la cabeza, no deja de ser elocuente. José María Calleja explicó que los supuestos programas informativos de Telecinco no deben distraer la atención ni variar el tono de lo que se emite antes y lo que se emite después. Que deben, pues, ser acordes a lo que los prologa y les sucede, sin que chirríen lo más mínimo al espectador habitual. Y que por eso vemos lo que vemos. Lo dramático es que el modelo valorado como el mejor por Calleja, el de la televisión pública, sea costosísimo, e inviable para una empresa privada, como quedó demostrado tras el cierre de la cadena en la que durante diez años trabajó el periodista. Así es que no queda otra, seguir informándose por la pública, mientras dure, o consumir chorizo de cantimpalo.