Qué verdad más grande es esa de que la realidad supera a la ficción. El otro día me encuentro un teletipo de Efe con el siguiente titular: "Sexólogo cubano desaconseja cirugía para alargar pene y sugiere usarlo mejor". ¿Qué más se puede decir? Yo por mí dejaba aquí esta columna, porque es imposible superar esto, pero ¿qué quieren?, me pagan por llenarla entera. Vamos a ver. Ramiro Fragas, que así se llama el sexólogo cubano, hizo estas declaraciones en una entrevista concedida al diario oficial "Juventud Rebelde"... (¿De verdad no puedo terminar aquí?) El caso es que, por lo visto, en la isla caribeña la mayoría de jóvenes sueñan con ampliar el tamaño de su pene porque consideran que sus atributos son pequeños. Antes de que se choteen de ese amigo que tienen en La Habana, hay que decir que, según el doctor Fragas, el tamaño medio en su país está entre los 11 y los 15 centímetros; vamos, normal. La cirugía además sólo aporta uno o dos centímetros extra y encima pueden quedar secuelas por lo que, excepto en casos aislados, el sexólogo recomienda a sus pacientes que, en vez de operarse, "aprendan a operar con todo su cuerpo hasta perfeccionar el desempeño sexual". ¿...? Ya está. Lo siento pero no profundiza más en lo de "aprender a operar", aunque vamos, si a alguien le interesa mucho, hay por ahí centenares... ¿qué digo...? millones de revistas, libros, pelis, vídeos, páginas webs, médicos, sexólogos y amigos "enteraos" para salir de dudas. Nuestro doctor Fragas sólo insiste en que "no es necesario un pene demasiado largo" para tener relaciones sexuales satisfactorias, cosa que millones de mujeres en el mundo ya sabíamos antes de la entrevista en "Juventud Rebelde". Pero no hay manera, y ahí andan los cubanos pidiendo a doctores como Ramiro Fragas que les haga un apaño para parecerse, por ejemplo, a su compatriota Dinio quien, tras haber aparecido hace años en revistas de medio mundo mostrando sus atributos, ha debido provocar un cataclismo entre sus compatriotas. Entre él y Castro con sus soflamas machotas, hay que entender a los pobres cubanos cuya obsesión llega hasta el punto de que el grupo de sexología que dirige Fragas "ha atendido a hombres que desean someterse a la operación aún cuando sus penes están por encima del promedio". Es lo que pasa con unos especímenes que, tanto en Varadero como en Matalascañas, se dedican desde niños a ver quién la tiene más larga, o eso cuenta mi compañero Juanjo quien confirma que más de uno por estas tierras, si pudiera, también recurriría a los servicios de Ramiro Fragas. Lo que es una pena es que no sea neurocirujano, aunque en realidad nunca he conocido a un hombre que se plantee tener el cerebro más grande.