El despido gratuito

El Gobierno de Rajoy ha iniciado con fuerza la propagación de mensajes, a veces contradictorios, sobre la aprobación inminente de la "temida" reforma laboral, que propiciará que este país "reduzca" el número de desempleados. No sé si el presidente tendrá decidido todos los puntos a aplicar, porque como buen gallego no se sabe muy bien si baja o si sube, y ese estilo de gobernanza lo hace extensible a los ministerios implicados en el próximo tijeretazo a la clase trabajadora. Lo que más llama la atención del supuesto texto ya perfilado es la insistencia de que la prioridad absoluta de la reforma pasa por el abaratamiento del despido. Algo que pide la CEOE de manera insistente desde hace años y que parece estar a punto de conseguir. Se habla de 20 días por año trabajado y de rebajar de 45 a 33 días el despido improcedente, algo con lo que tampoco está de acuerdo la patronal, a la que le parece poco. El despido ya es libre y, por supuesto, el empresariado quiere que sea gratuito; no hay nada como deshacerse de ese empleado molesto y caro que ya se ha hecho mayor y supuestamente no puede rendir como un joven de 25 años cuyo sueldo no superará los mil euros. Las tesis conservadoras se imponen a la política. Quiera o no quiera el PP -no creo que los populares deseen seguir erosionando su imagen al nivel que lo están haciendo con sus últimas decisiones- las exigencias de la UE, el FMI y los mercados mandan sobre cualquier otra alternativa. Así que supongo que ya se habrán descontado las consecuencias de una huelga general. O no.