Transcurrida ya la primera parte de esta legislatura, y desde la más absoluta discreción y respecto al equipo de gobierno en este tiempo, creo que ha llegado el momento de opinar y manifestarme políticamente respecto a las fiestas de mi pueblo.

Muchos han sido los motivos por los que desde el Grupo Municipal Socialista no hemos compartido las decisiones que se han tomado desde la Alcaldía o desde la Concejalía de Fiestas, pero acantando la voluntad popular nos mantenemos al margen, eso sí, fiscalizando y facilitando lo mejor para todos; pero hay comentarios, manifestaciones y hechos que nos hacen venir aquí.

Por todos es conocida la "desastrosa" política de fiestas de nuestro Ayuntamiento, reconocido incluso por miembros del equipo de gobierno.

Lejos queda ese ambiente de consenso y solidaridad entre las asociaciones festeras y la institución, lejos queda ese buen ambiente creado por ejemplo en las reuniones anuales de toda la familia festera, etc.

No es normal que en el tiempo transcurrido del actual mandato hayamos tenido dos responsables diferentes al frente de la Concejalía de Fiestas, y tres presidentes en la Comisión de Fiestas del Santísimo Cristo de la Paz. No es normal.

Algo pasa, y pasa que el intervencionismo no es bueno, sobre todo en un mundo en el que la sociedad se vuelca, de forma altruista y desinteresada, en preparar las fiestas de todos y para todos. Si de algo puedo presumir en el tiempo que ocupé la responsabilidad de la Concejalía de Fiestas es, sin lugar a dudas, del buen ambiente y el clima vivido por todo el colectivo festero de Sant Joan, así como del poder disfrutar del alto grado de implicación, disposición y complicidad de los ciudadanos y festeros santjoaners.

Ahora parece que suena bien eso de la herencia recibida, hablan ustedes de una factura por reparto de caramelos por personal especializado y se les olvida intercionadamente decir el buen número de chuches y golosinas que se repartieron en la llegada de los Reyes Magos y posterior Cabalgata, eso sí, ni un solo caramelo que no debería estar ahí.

¿De verdad han gastado 20.000? en una auditoría para hablar de caramelos? ¿Acaso no confían en la profesionalidad de los funcionarios encargados de fiscalizar el buen y correcto uso del dinero de todos?

Herencia recibida es poder disfrutar del trabajo bien hecho por políticos y técnicos en los contratos de luces extraordinarias de fiestas y pirotecnia, por ejemplo, y que por cierto ustedes pueden modificar y adaptarlos a la realidad actual. De hecho, han cambiado y reubidado las guirnaldas, a la vez que han alardeado de elegir colores cercanos a su partido. Pues háganlo, lo pueden hacer, y también por favor recuperen el buen clima que merece el colectivo festero santjoaner.

En definitiva, la fiesta no discrimina o no debería discriminar lugares, colores y sabores. Las fiestas unen y fortalecen un pueblo porque son de todos y para todos.