Todas las personas hemos oído o hemos visto imágenes de un tsunami. Se trata de una "indignación" del mar que lanza sus olas tierra adentro asolando todo cuanto encuentra a su paso. Normalmente, este fenómeno de la naturaleza es precedido, en general, por un descenso y un ascenso rápido y brusco de las mareas. Comienza, por lo común, con una súbita e inesperada "baja mar", marea baja, para desembocar en una fulgurante y estrepitosa marea alta o "pleamar". Se trata de movimientos marinos relacionados entre sí. La marea se funde en el tsunami.

Esto que sucede en el mundo natural, también ocurre, metafóricamente hablando, y, de hecho, ya está aconteciendo , en el campo de las relaciones sociales y políticas. ¿ A qué me estoy refiriendo, en concreto? Estamos oyendo hablar, durante estos días, del fenómeno social de "la marea ciudadana unida", y ello no es otra cosa que la expresión de unidad de las diferentes "mareas" existentes en el Estado español, es decir, movimientos de personas que se están rebelando contra la dictadura del mercado, se oponen a la corrupción política-tan de moda, ahora, con motivo de los famosos sobres de Bárcenas- y se enfrentan sin cesar a los injustos recortes sociales.

Cada marea tiene su color simbólico según sea el sector afectado o el derecho pisoteado. Así, por poner dos de los ejemplos más representativos, el "blanco" representa la lucha de los profesionales de la salud contra los tremendos recortes en la sanidad pública y el "verde" alude a las movilizaciones habidas contra el desmantelamiento de la educación pública.

Estas distintas y diferentes mareas pretenden unirse y provocar un "tsunami" sociopolítico, o sea, una oleada inmensa de indignación popular que ponga patas arriba este sistema económico que nos oprime y que no es más que una dictadura de los banqueros y grandes empresarios y un "tsunami" democrático que derrumbe este sistema político que, quiénes gobiernan, lo llaman "democracia", pero que, en realidad, no es otra cosa que una "oligarquía" o gobierno de unos pocos , que son los más ricos,y, por eso, también se le puede calificar, utilizando el vocablo griego original, como "plutocracia" o mandato de los ricos ("plutos, que en castellano quiere decir "rico", y "cratos", que significa mandato o gobierno).

Estas mareas sociales o movimientos de protesta quieren expresar su "tsunami" de indignación el día 23 de febrero por medio de unas manifestaciones a hacer en todo el Estado a través de las cuales la ciudadanía afectada, que somos todos, salgamos a la calle a expresar nuestra ira contra un mercado que nos asfixia y contra un Gobierno que, sirviendo de lacayo del capital financiero, nos empobrece y nos priva de nuestros derechos básicos, logros y conquistas conseguidas durante bastante tiempo, merced al esfuerzo y la movilización de los sectores populares.

Este movimiento de las mareas también ha llegado, afortunadamente, a nuestras localidades. Aquí, en Elda y Petrer y demás pueblos de la comarca, se ha constituido una "marea ciudadana unida", formada por diversos colectivos, grupos, organizaciones no gubernamentales (ONG), asociaciones, sindicatos y partidos, cuyo objetivo es el unirse a esta "movida" social y contribuir a hacer realidad este "tsunami" político. En tal sentido, esta plataforma de "mareas" locales va a hacer una manifestación el mismo día 23 de febrero. Saldrá a las seis de la tarde de la rotonda situada en la confluencia de las avenidas Felipe V y Reina Sofía para finalizar en la Plaza Castelar. Si queremos que este "tsunami" de indignación popular tenga fuerza y arrastre, es necesaria la participación de la mayor cantidad ciudadanos de nuestros pueblos. Este escrito es una invitación a, superando el miedo y la resignación, tomar la calle ese día. Si no nos rebelamos todos, serán ellos, banqueros y gobernantes, quienes terminarán por arrasarnos y por destruir lo poco que nos queda. Ni podemos ni debemos consentirlo.