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Miedo a la libertad de las mujeres

Uno de los libros que estoy releyendo es El miedo a la libertad de Erich Fromm, publicado en 1941, en pleno fragor de la segunda guerra mundial. Se refiere Fromm a las tendencias autoritarias de la sociedad occidental de aquella época, destacando que la esencia de los sistemas totalitarios era «la sumisión de todos los individuos, excepto un puñado de ellos, a una autoridad sobre la cual no ejercían vigilancia alguna». En referencia a Alemania, en concreto, afirmó que millones de personas «estaban tan ansiosas de entregar su libertad como sus padres lo estuvieron de combatir por ella; que en lugar de desear la libertad buscaban caminos para rehuirla; que otros millones de individuos permanecían indiferentes y no creían que valiera la pena luchar o morir en su defensa». ¿Les suena? ¿Les resulta acaso familiar esta situación?

Justo al inicio de su libro explica que «las luchas por la libertad fueron sostenidas por los oprimidos, por aquellos que buscaban nuevas libertades en oposición con los que tenían privilegios que defender. Al luchar una clase por su propia liberación del dominio ajeno creía hacerlo por la libertad humana como tal y, por consiguiente, podía invocar un ideal y expresar aquella aspiración a la libertad que se halla arraigada en todos los oprimidos. Sin embargo, en las largas y virtualmente incesantes batallas por la libertad, las clases que en una determinada etapa habían combatido contra la opresión, se alineaban junto a los enemigos de la libertad cuando ésta había sido ganada y les era preciso defender los privilegios recién adquiridos». En definitiva, define el totalitarismo como la expresión política del miedo a la libertad. Miedo por parte de quienes quieren defender sus privilegios. Miedo que manifiestan en privaciones y/o coacciones a la libertad, sembrando el miedo, en distintos grados, entre quienes se atrevan a ejercerla o reclamarla.

Trasladen ahora esta reflexión a la histórica situación de opresión de las mujeres como consecuencia de la vigencia del patriarcado, coetáneo a todos los sistemas de opresión. En su cuento corto «El miedo global», Galeano habla del «miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo». El patriarcado es un totalitarismo que tiene miedo a la libertad de las mujeres porque significaría su destrucción. En unas sociedades es más evidente que en otras, pero en ninguna las mujeres son completamente libres. Y ese miedo del patriarcado a las mujeres que reclaman, ejercen y defienden su libertad se manifiesta en todo tipo de prácticas represivas, en todos los niveles. Hasta llega a matar; ese significado tienen los asesinatos machistas. Pero cada vez somos más las que no tenemos miedo. Y nos acompañan hombres que no nos tienen miedo.

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