Al llegar estas fechas nos invaden sentimientos encontrados entre los deseos de fiesta y la realidad de los tiempos difíciles que viven muchas familias.

Las ganas de vivir unas fiestas patronales con la familia, los amigos y los vecinos, el reencuentro con los que han pasado el invierno fuera por estudios o trabajo, la añoranza de los que ya no están con nosotros o de los que no pueden regresar en estas fechas. Olvidarnos de las preocupaciones por unos días, ocupar cada espacio y rincón de la ciudad con desenfado, música y risas.

En muchos casos resulta imposible participar, incluso es molesto el ambiente festivo, cuando se está viviendo una situación delicada por salud, dificultades económicas, familiares... Estos días siguen los problemas de paro, vivienda, dependencia? y exigen comprensión, sensibilidad y ayudas.

«Les festes d'agost» son tiempo de desfiles, bandas de música, el Misteri, la Nit de l'Albà, la Roà, arroz con costra, sandía...

Las fiestas son una mezcla de tradición, cultura y ocio. Tradición que nos gusta preservar, cultura que queremos transmitir y ocio que queremos compartir.

El equipo de gobierno ha incomodado a muchos ciudadanos introduciendo cambios que no eran demandados. Muchos se preguntan por qué las «mascletás» se hacen ahora sobre el MAHE cuando hay informes que lo desaconsejan, por qué el concierto extraordinario de la Banda de Música del día 15 que siempre se celebró en el Gran Teatro (por cierto, abarrotado), ahora se celebra en el Templete del parque bajo el sol implacable del mediodía con pocos espectadores y que intentan refugiarse a la sombra de alguna palmera y escuchándose a escasos metros en la Rotonda al mismo tiempo un espectáculo teatral infantil, por qué la Plaça de Baix deslumbra de tanta bombilla y ornamento recargado, en cambio la tradicional silueta de nuestras palmeras decoradas es difícil de encontrar, por qué no se puede pasear libremente por el Parque Municipal que se encuentra rodeado de una red metálica...

Afortunadamente casi todos estos cambios se pueden revertir. Sería imperdonable que alguna obra arqueológica quedara dañada por la obstinación en la ubicación de las «mascletás». Este hecho resulta más incomprensible cuando se está reclamando la cesión de la Dama de Elche y los responsables del Patrimonio Español observan como el gobierno municipal del Partido Popular se comporta.

Pese a todo, los ilicitanos vamos a poner toda nuestra alegría, humor, participación, convivencia y generosidad en cada acto y en cada celebración, por nuestros hijos, por nuestros visitantes, para que se lleven de Elche el mejor recuerdo, lo difundan y forme parte de su memoria.

Os deseo felices fiestas y os animo a participar. Las fiestas son vuestras.