En Elda, al no tener ninguna documentación no podemos especificar cuando se empezó a celebrar la Semana Santa, y como siempre nos tenemos que remitir a algunos personajes que han dado algunos datos. Nos estamos refiriendo a D. Lamberto Amat, que en su libro Elda, nos comenta que su sexto abuelo materno estuvo en Roma algunos años, y cuando volvió a Elda se trajo: «la hermosa escultura de Nuestro Padre Jesús Nazareno, a la cual desde entonces se le rinde ferviente culto en el oratorio de mi actual casa habitación».

Esta referencia que hace D. Lamberto la podemos situar a principios del siglo XVIII, donde estamos convencidos que no existían procesiones de Semana Santa, porque de haber sido así, este historiador nos lo hubiera transmitido en el periódico alicantino El Graduador, donde escribió muchos artículos sobre Elda, relacionados con los actos más destacados, como por ejemplo la Fiesta de Moros y Cristianos.

Gracias a nuestro recordado amigo D. Vicente Valero podemos conocer, gracias a un artículo que publicó en el diario INFORMACIÓN, la celebración de las primeras procesiones, que se pudieron ver en Elda a principios de los años veinte del siglo veinte:

«La primera procesión que se hacía era la de las Palmas, que salía de la Iglesia de Santa Ana y recorría las calles que rodeaban la Iglesia. En la tarde del Miércoles Santo se realizaba el traslado de Nuestro Padre Jesús Nazareno, desde el domicilio de su propietario al templo de Santa Ana. Su itinerario eran las calles Maura, Alfonso XIII, para discurrir, con grandes dificultades por su estrechez, por las de Colón e Iglesia al templo parroquial».

Al día siguiente en la procesión del Jueves Santo salían en procesión las siguientes imágenes: Nazareno, Jesús Crucificado, la Verónica y Nuestra Señora de la Soledad.

Durante el Viernes Santo en algunas calles los eldenses podían ver a la Cruz de los atributos de la Crucifixión, al Nazareno, al Santo Sepulcro, y las imágenes de Jesús Yacente y la Dolorosa.

Hemos podido conocer los propietarios de las algunas cofradías e imágenes, que participaban en las procesiones del año 1929. Jesús Nazareno era de los hijos de Don Plácido Amat; el industrial Don José J. Bañón era el dueño del Santísimo Cristo y la Cofradía de la Virgen de los Dolores y el paso Mater Dolorosa eran de Doña Dolores Guarinos de Alonso.

Sí sabemos que en el año 1933 se inició un proceso de ampliación de cofradías, pero lo más curioso fue el año siguiente, cuando apareció la Centuria de Romanos, que en el primer momento solamente la componían doce personas, y sin embargo al año siguiente se amplió a más de cincuenta.

El deseo de los eldenses es que nuestra Semana Santa, a través de la Hermandad y de las Cofradías, continúe desarrollando su gran labor, transmitiendo un fervor y una esperanza en los que también están implicados los cofrades, que participan con una gran intensidad, por lo que en estas fechas se nota que existe una buena advocación dentro del contexto católico, y una gran asistencia de eldenses en las distintas procesiones.