Selfie -de self , «auto» o «a sí mismo»- es una palabra inglesa que se utiliza con mucha frecuencia, debiendo escribirse, como anglicismo que es, en cursiva o entre comillas, y pudiendo emplearse dicha palabra, al parecer, en masculino y femenino. Una selfie es una fotografía de autorretrato o autofoto, y se lleva, se estila hacerlas. La empresaria, modelo y estrella del reality show estadounidense Kim Kardashian ha reunido en un libro sus selfies favoritas. Tenemos selfies protagonizadas por Obama, el papa Francisco y hasta los astronautas en el espacio. La selfie de la edición de los Oscar del 2014 con Bradley Cooper, Brad Pitt y Meryl Streep entre otros, se convirtió en el máximo récord de Twitter conseguido hasta el momento, con más de tres millones de retuits. Pero no hace falta irse tan lejos, y es que la selfie típica es la de alguien sosteniendo su teléfono móvil extendiendo su brazo, y con el objetivo apuntándose a si mismo. Y esta puedes verla ante ti, en cualquier momento, incluso, por qué no, siendo tu el protagonista.

Las selfies son pues un verdadero fenómeno, y tanto para famosos como para cualquiera, pero sobre todo entre los jóvenes, que quieren recordar cualquier momento vivido, inmortalizarlo y subirlo a las redes sociales para que los demás los puedan ver, admirar y darles un «me gusta», uno de los mejores regalos, me dicen, que hoy en día puede hacerse a un amigo.

Si introducimos la palabra selfie en noticias Google, nos van a salir unas dieciséis mil aproximadamente, y la sorpresa continúa al enterarnos que en la compra de un móvil se considera más la calidad de su cámara de fotos que la de las llamadas.

Juan Luis Cebrián, miembro de la Real Academia Española, postula como definición de selfie la de una fotografía que uno toma de si mismo, con frecuencia para compartir en las redes sociales.

Siempre han existido los autorretratos, aunque nunca han estado tan de moda. Hoy las selfies son una verdadera locura, y así puede que te hagas una estando de viaje, en casa con tus hijos que estarán encantados, o tomándote una cerveza o practicando deporte con los amigos, y desde luego, si alguien grita selfie allí que te vas para no quedar fuera de la foto, del grupo y del «me gusta».

Pero, ¿por qué tantas selfies?

¿Tenemos verdadera necesidad de mostrarnos a los demás? ¿Narcisismo? ¿Queremos ser reconocidos, valorados? ¿Exhibicionismo? ¿Moda?

De todo un poco.

Al hacer una selfie y mostrarla en las redes sociales se está buscando la aprobación y el reconocimiento de amigos y seguidores, con la intención de aumentar la autoestima y la consideración por parte de los demás, exhibiendo una vida feliz e ideal, dejando ver una imagen y un estilo de vida, para lo cual mejor hacer muchas y tomarse el tiempo necesario para elegir la mejor, claro, la que más «me gustas» pueda obtener.

Después tenemos el grupo de los exhibicionistas, que son los que se hacen selfies en distintas situaciones con determinadas características. Aquí lo importante es que los vean, que los miren, que admiren todo lo que tienen y son capaces de hacer, y ser el centro de atención y de todas las miradas, pues una de las características del exhibicionista es la ostentación. Así se hará una selfie con el coche que se ha comprado, o en el viaje maravilloso que está haciendo, o del personaje famoso con el que está, o de la suculenta comida que está tomando. El exhibicionista quiere aparentar, y siente la necesidad constante de exponerse y mostrarse para que los demás lo vean. Un «me gusta» será la señal de ello y de que te has fijado en él, es decir, objetivo cumplido.

También tenemos el grupo de los narcisistas, con su auto imagen de grandeza y superioridad, se admiran y les encanta contemplarse en el espejo y también en las selfies, que ven, gozan y saborean con deleite y agrado, de modo que es fácil encontrar el móvil de un narcisista lleno de fotos suyas en multitud de posturas diferentes que les fascinan y deslumbran, y que no se cansan de mirar. Pero también buscan, debo decirte, la admiración de los demás, de modo que les encantará que les regales el preciado «me gusta».

Indudablemente, pues, estamos en la era del narcisismo digital.

Y además es una moda, pero una moda que ha llegado para quedarse, pues no hay más que ver cómo triunfa entre los jóvenes, y es que las selfies han venido para formar parte de nuestra vida, y tanto ellas como sus complementos, que van desde el palo para selfies hasta los pack para hacer la selfie perfecta.

Aunque por cierto si vas a un museo déjate el palo en casa, pues los han prohibido en muchos de ellos, al considerarlos potenciales armas de destrucción del arte, y ello con lo artísticas que son algunas selfies que diría un aficionado a ellas.

Yo, por mi parte, las utilizo en consulta para trabajar la auto aceptación, sobre todo con los jóvenes, pues antes se trabajaba con el espejo, y ahora además con las selfies.

Hoy las fotografías digitales son fáciles de tomar, guardar y compartir, pudiendo recopilarse, etiquetarse, editarse y llevarse a un álbum, con creatividad y estética.

¿Por qué renunciar a ello?

Así pues hoy se hacen muchas selfies, muchas fotos de uno mismo, que sirven para contar vidas, nuestras vidas, para detener momentos, los mejores momentos y recordarlos siempre, para compartir instantes con nuestra familia y amigos, para compartir con el mundo lo que nuestros ojos ven.

No olvidemos sin embargo vivir el presente y no limitarnos a fotografiarlo. Ir a ver un evento y dedicarnos a su fotografía y no a su disfrute, es vivir el absurdo de no ver lo que fotografías .

De modo que hazte fotos y selfies, disfruta de tu móvil y de las nuevas tecnologías, descarta prejuicios, disfruta de la vida, vive tu presente y sé siempre , dueño de tu vida y de tus actos.

Ten el convencimiento interior de que todo lo que hagas, digas o pienses depende solo de ti.

Tu eres el dueño de tus actos.

Así que, si te apetece, retrata la vida, hazte una selfie.

Guarda tu instante, tu recuerdo

Dueño de ti. Dueño de tus selfies.