Lo siento pero no, no me gusta el 19 de octubre, el día del Cáncer de Mama. ¡Ojo! Entiendo lo que significa, por qué se celebra y para qué sirve pero para mí es un día... digamos... incómodo.

Admiro la labor que hacen desde la AECC y desde las asociaciones provinciales y locales del cáncer de mama para «celebrar» este día. Se dejan los cuernos para organizar actividades y concienciar a la gente de que esta enfermedad existe y, sobretodo, de que la prevención y la detección precoz es fundamental para poder derrotarla. Todo esto lo sé, lo valoro y lo aplaudo.

Pero... encenderé la televisión, la radio, y abriré una página web y me toparé con el lazo rosa en toda su expresión y recordaré muchos momentos y reviviré situaciones que no me apetecen demasiado...

Abriré Facebook, Twitter e Instagram y ahí estarán mujeres cortándose sus melenas para poder hacer pelucas, bailando Zumba, haciendo Yoga y participando en una carrera. Y la mayoría de mis amigos colgará en sus muros mensajes de ¡ánimo luchadoras!, más lazos rosas, más noticias sobre la prevención, más reportajes sobre mujeres que han superado la enfermedad.

Abriré el Whatsapp y la mayoría de mis contactos se habrán puesto de perfil el lacito, o una velita por aquellas mujeres que no pudieron superar el cáncer... O mi madre se teñirá el pelo de rosa... Ay mamá! ;)

Pues bien, no me gusta. No me gusta que todo me recuerde aumentado al 200% algo que yo ya sé, que tengo presente cada segundo de mi vida. No me gusta que alguien se acuerde de mí por este día. Si lo piensas, a ti tampoco te gustaría que durante un día entero alguien te esté recordando a cada segundo algo que intentas superar, por lo menos, a mí no me gusta.

Dicho esto, gracias a todos aquellos que durante este día (y los otros 364) os dejáis vuestro tiempo y vuestro esfuerzo por ayudar a los enfermos y a sus familias, a los que recaudáis fondos para la investigación, a los que colaboráis con vuestra aportación en que se siga indagando sobre el cáncer. Gracias, por la parte que me toca, al Servicio de Oncología de los Hospitales de la Marina Baixa y de Sant Joan, y a mis muy queridos doctores Barrera y Díaz-Caneja. Gracias de corazón, hoy y el resto del año.

Haciendo una excepción, hay una cosa que el año pasado me gustó de este día, y fue esta canción compuesta por Pablo López. Dice muuuuuuchas cosas y todas muuuuy ciertas :)