El problema de la violencia de género es que se ha politizado tanto que los políticos, más que pensar en atajarla, la utilizan como un arma arrojadiza. Algunos pretenden dar una explicación a una lacra social que no la tiene. PSOE culpa a Rajoy porque es fácil ganar aplausos o votos y sacar el jugo de la sangre de las víctimas porque Pedro Sánchez, seguro que cuando sea presidente, sabrá dar una solución, al menos eso nos da a entender. Esto es como culpar a Rajoy de que no llueve y por eso hay sequía. Lo único cierto es que el procedimiento que se lleva a cabo para erradicar la violencia no es eficaz. El cambio de Gobierno, como hecho en sí, no puede hacer que disminuya la violencia de género. ¿Qué culpa deben asumir? Hoy en día este tema está tan politizado que por el solo hecho de ser hombre se le criminaliza, del mismo modo que ocurre con los conductores. Ante tanto control y afán recaudatorio de las administraciones por el solo hecho de coger un coche ya nos sentimos delincuentes. La moda, la tendencia, es inducir a la criminalidad antes de que se produzca. El perfil de machista, de maltratador, no siempre se da, olvidamos que la violencia de género y el respeto a los Derechos Humanos no deben ser politizados pero sí reconocidos. Cuando hay violencia de género hay que reprimirla y quien la hace la paga.

Estos días se ha escrito mucho sobre violencia y se ha planteado de nuevo el polémico tema de las denuncias falsas, se habla de que son escasas. Se dice que está infundado este argumento y utilizado como una resistencia a reconocer la violencia contra la mujer. Se piensa que son la excusa para no ver la realidad de violencia y del correcto sistema de protección. En mi opinión, creo que se está restando importancia a los derechos fundamentales de la persona denunciada -cuando no es un maltratador-, el daño irreparable en muchos casos que puede causarle y sobre todo una falta de respeto a las mujeres que son víctimas de verdad.

¿Se está teniendo en cuenta que es imposible ver la realidad de los datos sobre denuncias falsas?

Parece que algunos olvidan que las denuncias falsas en materia de violencia de género son la excepción a la regla.

El Código Penal establece que solo se pueda actuar judicialmente contra el denunciante cuando hay una sentencia o auto firmes de sobreseimiento o de archivo del juez o tribunal que haya conocido de la infracción imputada. Y además, los jueces pueden mandar proceder de oficio contra el denunciante o acusador siempre que tengan indicios de la falsedad de la acusación.

Esto no se da en los juzgados con los casos de violencia porque las resoluciones judiciales se dictan con un sobreseimiento provisional, es decir, no definitivo, donde se establece que no se ha probado que haya hechos para que el autor sea el denunciado por malos tratos. Nunca un tribunal dice que la denuncia sea falsa, sino que los hechos no están probados. No puede decir falso porque no se ha probado que es mentira, no se ha probado la prueba incriminatoria dura. Por otro lado, muy pocas veces el juez ha mandado un testimonio particular diciendo que los hechos revisten carácter de denuncia falsa. Solo es posible tener una sentencia favorable por denuncia falsa en los casos que exista una prueba contundente, grabación, testifical especial y esto casi no se da. El imputado no se habrá dedicado a grabar cada segundo de su vida en pareja o a buscar testigos para que presencien cada instante de su existencia o de su relación.

Así que, el denunciado por maltrato sin condena, sea maltratador o no, siempre queda en la sombra. Es incluido en el registro de la policía, consta como detenido y quedará con antecedentes policiales para siempre salvo que solicite salir del listado.

¿Es cierto que las denuncias falsas por violencia de género son mínimas? ¿Se dice toda la verdad?, ¿o pasa como los suicidios? Se ha comprobado que el suicidio se oculta y no sabemos hasta qué punto ocurre lo mismo con el maltrato. Se cree que cuando se habla de suicidio se incita. Se pretende dar la imagen de que los suicidios están en remisión, sin embargo es la primera causa de muerte violenta pero parece que hay interés en que sea un tabú, un tema prohibitivo a tratar. Es un fenómeno infradeclarado, por lo tanto, no se está teniendo en cuenta, ni se le da la importancia que tiene, ni se puede erradicar porque como es tabú, no se está trabajando con planes de prevención. No se quiere ver que según estudios realizados estamos ante una amenazante crisis de salud mental. ¿Está sucediendo lo mismo con las denuncias falsas en violencia de género? No se trata de dudar de todas las mujeres en relación con el proceso de denuncia de violencia de género, se trata de ver la realidad y quizás acudir al oculto significado de los tres monos sabios: no ver, no oír, no hablar?