Ésta fue una de las famosas citas del célebre actor: «La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». Lo siento, pero la situación general y la de los propios vecinos requiere decir y exponer las cosas muy claras.

Casi 15 años de falsas promesas, lo que desvela cada vez más claro las mentiras a las que se ha sometido a los vecinos. Les siguen engañando unos partidos y otros, bajo filones electorales, ya que solo quieren sus votos, lo que está afectando muy gravemente a familias humildes, parados y jubilados, prometiéndoles el oro y el moro en épocas de elecciones, como están haciendo de nuevo ahora, con una promesa faraónica falsa e irrealizable. Prometen un idílico barrio nuevo con una inversión de más de 130 millones de euros, según el convenio entre el Ayuntamiento, la Generalitat, el Estado y los vecinos, cuando es totalmente imposible e incierto, con la actual bancarrota existente en todas las administraciones públicas, sin recursos tampoco de la mayoría los vecinos. Y lo peor es que lo saben todos los partidos y no les quieren decir la verdad, ya que los están metiendo en un callejón sin salida. Prefieren seguir degradando el barrio en su conjunto. Lo hicieron con el derribo del centro social, todo el arbolado y ajardinamientos, la pérdida de la parada de autobuses, la falta de iluminación, el abandono general de todos los bloques.

Iniciando un edificio, prometieron finalizar cuatro para el año 2015, construyéndose en un parque público como lo era la zona de petanca, que permitía también una mejor calidad de vida a sus vecinos, en especial a los actuales bloques a los que encima les han obstaculizado las vistas y la luz natural, poniéndoles un mamotreto nuevo edificio.

En fin, son tales los despropósitos que ha llegado la hora de asumir responsabilidades todos los políticos que han engañado y siguen engañando a los vecinos, ya que están arruinándolos en todos los sentidos, económicos y en su calidad de vida.

En la actualidad sus casas las han declarado fuera de ordenación urbana, en estado de ruina, por lo que no las pueden vender como viviendas urbanas, sino como un proindiviso de un futuro solar con todas las cargas futuras. No les permiten tampoco rehabilitarlas ni acondicionar las cocinas, aseos, pinturas de fachadas, etc., sólo mínimas obras para que no causen daños.

La minoración de su valor es de más del 50%, su destino futuro sólo es especulativo para que los vecinos habituales sean sustituidos por otros. Cada vez más marginación. La gran ensalada es épica, y aún no son capaces ni quieren poner freno a esta situación, ni reconocer que la rehabilitación del barrio para por priorizar actuaciones en los bloques y viviendas más deterioradas. Es lo lógico y consecuente.

En cambio, continúan haciendo negocios a costa de pobres jubilados y parados indefensos a los que no escuchan ni atienden debidamente, solucionándoles sus problemas o, al menos, no aumentándoselos. ¿Qué más hace falta para que se haga política decente en el barrio? ¿Por qué no abren al menos un proceso abierto de participación ciudadana invitando a colectivos y expertos?