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Con estilo

The best

Sonaba quizás una de las canciones más increíbles de la historia de la música y seguramente de mi vida, una de esas que te hace levantarte y sonreír con esa mirada de desafío ante el mundo... una de esas que bailas por la cocina con tus casquitos, cual Bridget Jones destartalada, a saltos varios como cuando tenías quince añitos, mientras tu hijo adolescente te mira partido de la risa... esas cosas que levantan el alma y pasan página ante el desfiladero mas profundo, porque tú, y solo tú, eres como todo «simple the best»... pues sonaba, sí, sonaba, en un taxi por la Gran Vía, desde Malasaña en compañía de buenos amigos de esos que hacen de cada momento magia a su paso... Y quizás por un momento me fui a volar, como muchas veces, por ese mundo de sueños de futuro, mientras seguían en mi retina las voces de la gente gritando: ¡bravo!, con Ion Fiz abrazando al gran maestro Elio Berhanyer con una rosa en la mano. Quizás uno de los momentos más bonitos que he visto y disfrutado en la sufrida Moda Española. Mi querida Ana Jurado, con Chema, Chema Albero, y su marido David, miraban con cara de felicidad, porque se sentían, y lo sé, orgullosos de haber contribuido a una de las mejores colecciones que se recuerdan por la antaño Pasarela Cibeles y hoy MBFWM, con su café, Cafe Jurado, y su historia de familia y empresa, que no es fácil y que ha dejado un sabor, nunca mejor dicho, en los paladares de todos los que asistieron inconmensurable. Junto a mi queridisímo Jesús María Montes Fernandez, la genial Carmen Duerto y una elegantísima María Eugenia Yagüe con un traje blanco roto del propio Ion. A los pies, dejando huella, Eduardo había realizado unos preciosos salones en bitono que no han podido ser más ideales. Y las «chicas Pullantur» nos hacían soñar con otro minicrucero mágico ahora camino de las Islas y Agadir, apostando una vez más por este Marrucos que me apasiona y ha sido un gran protagonista del Cibelespacio con glamour. Y donde todavía es posible que se le ocurra a alguien una proeza mayor que desfilar por una cubierta al atardecer, bajo el sol dorado casi naranja y el olor a mar profundo de un mundo del Norte infinitamente bello. Pero han sido tres días increíbles en su totalidad. Hannibal Laguna marcaba territorio noche y glamour de alfombra como nadie, Juan Vidal volaba sobre los cielos de un París o la mismísima Praga de los setenta y dejaba que mi querida Toñi Pastor soñase con tener a dos de los grandes entre su particular escudería de complementos con nombre, porque esta semana en Londres el gran Emilio de la Morena, también alicantino, va a presumir de ser más alicantino y levantino que nunca representando lo mejor de la tierra, su turismo, sus zapatos impecables y sus tejidos fastuosos, eso sí, ahora en versión contemporáneamente sensual y femenina para los cuerpos del siglo XXI. Así que allá que vamos a colaborar a que nuestra tierra siga vibrando, ahora en la London Fashion Week, con nombre propio. Y todo ello, anteanoche, por las calles luego de mi adorada La Latina, sonaban con discurso propio, mucho mas después de haber pasado por el Paracaidista, un espacio que me ha dejado sorprendida, una suerte de Soho House a la madrileña donde apetece todo y más verse una peli en butacones rojos de escándalo, mientras te tomas algo y te bebes un buen vino, placer tan solo compartido con escasas 30 personas más. Un lujazo... Y para finalizar, estoy pensando en que en que, a la vuelta, merece la pena pasar unas horitas a visitar el espacio de mis amigos en Murcia, chicos de moda también, Bellalmagen, para probar esa firma que a toda la moda nos encanta, Alqvimia, y de paso relajarte de masajes varios y vuelta por la Plaza de las Flores. Paseito por la Catedral o cafetazo a las puertas del Teatro Romea, experiencia que seguro me dejará como nueva y reconciliada con la vida. Esa vida que me merece todo cada vez más. Feliz domingo «surviving» una vez más...

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