Anda el entrenador del Hércules, Luis García Tevenet, molesto con los bandazos que da su equipo y también el entorno en este inicio de Liga. «No podemos pasar del blanco al negro sin tocar el gris. Esta semana (tras el 5-0) me toca arrimarme al vecino pesimista para que nos ponga las pilas», afirmó el sevillano pocos minutos después de la «manita» ante el Eldense. El Hércules ha firmado tres derrotas y tres victorias pero lo que más preocupaba era que el técnico aún no hubiera dado con la tecla, como él mismo reconoció. O dicho de otra manera, que siguiera sin encontrar el sistema y los jugadores para definir un once de gala. Tras el 5-0 del domingo y el fiasco de Mestalla (con el trivote defensivo) queda claro que el Hércules debe ser protagonista cada fin de semana, al margen del campo que visite y el rival que tenga enfrente, ya que para eso ha invertido alrededor de un millón de euros en su plantilla. Checa como pivote defensivo se sobra y se basta para dar equilibrio a un conjunto con recursos ofensivos propios de Segunda División, ya que futbolistas como Chechu Flores, Nieto o Javi Flores tendrían hueco en la mayoría de plantillas de la categoría de plata.
Ahora toca visitar, en Badalona, uno de los peores campos del grupo, pero incluso en escenarios tan desapacibles, el Hércules tiene que llevar la voz cantante y ejercer de candidato al ascenso. Mimbres tiene y nadie quiere ver de nuevo a un equipo más preocupado por defender que por hacer daño al rival.
