Cuando en el año 1986, en plena movida madrileña, el grupo The Refrescos comenzó a tocar su pegadiza canción «Aquí no hay playa», en la que se destacaban algunos inconvenientes de Madrid, en Alicante el estribillo de esa canción se cambiaba para poner de manifiesto su principal virtud: el mar y sus playas. Ha llovido mucho desde aquellos años en los que se reivindicaba el «Aquí sí hay playa» y no descubro nada si digo que hoy esa afirmación es más verdad que nunca y que la Costa Blanca puede presumir con orgullo de encontrarse entre los principales paraísos del Mediterráneo.

Cientos de miles de turistas en los periodos vacacionales y miles de alicantinos casi todos los días del año atestiguan la buena salud de la que goza el litoral alicantino, con sus encantadoras playas, sus bellísimas calas, su riqueza y diversidad gastronómica y la inigualable capacidad de acogida de sus gentes, pero no sería justo si no aprovechara la ocasión que me brinda escribir este artículo, en pleno inicio de las vacaciones de Semana Santa, para resaltar los esfuerzos continuos que se hacen desde el Gobierno para que la Costa Blanca no pierda ni un ápice de su belleza.

No hace falta retrotraerse mucho en el tiempo para poner en valor esa gestión. Baste una rápida mirada a lo que ha sucedido en los meses más recientes, con tres de los peores temporales que se recuerdan en años en diciembre, enero y, el último hace escasos días, en marzo, y las graves consecuencias que han tenido sobre playas, paseos marítimos, pasarelas y sistemas dunares. La reacción del Gobierno no ha podido ser más rápida y en sucesivas resoluciones adoptadas en los meses de enero, febrero y marzo de este año el Ministerio de Medio Ambiente dispuso de 4,3 millones de euros -la provincia de toda España que más dinero ha recibido para este fin- para poner en marcha las obras necesarias para paliar todos los daños. El resultado, al inicio del primer gran test vacacional en la Costa Blanca, habla por sí mismo: prácticamente la totalidad de las 34 actuaciones emprendidas para restañar los daños han finalizado en tiempo récord y todas las playas están en perfectas condiciones de uso.

No puedo menos que felicitar al departamento de Costas de Alicante por la diligencia y la rapidez con que se ha puesto en marcha para ejecutar las 9 obras de aporte de arena y retirada de cañas, las 14 actuaciones para reparar pasarelas y vallados dunares, las 5 intervenciones de saneo y estabilización de taludes y las otras 6 iniciativas de diversa índole llevadas a cabo de norte a sur de la provincia de Alicante. Todo ese trabajo, toda esa dedicación nos hace mantener hoy más vigente que nunca el estribillo de la canción que se tarareaba en los ochenta y que en pleno siglo XXI podemos cantar bien alto: ¡Vaya, vaya, aquí sí hay playa!