Según los estudios, el alcohol, es la quinta causa de muerte y discapacidad en el mundo. En España hay aproximadamente entre 200.000 y 300.000 alcohólicos, de los cuales sólo uno de cada diez acude a tratamiento. Se trata de una enfermedad compleja; tengamos en cuenta que, incluso antes de probar la primera copa, un adicto comienza a liberar dopamina en su cerebro. A su vez, la dopamina es un neurotransmisor relacionado con la socialización, la activación, la sensación de recompensa, y otros efectos placenteros.

No obstante, en los últimos años, las investigaciones científicas han logrado importantísimos avances. Por una parte, se ha identificado al gen responsable de la adicción: el CYP2E1. Recientes estudios realizados en la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, demostraron que una variante de este gen podría ofrecer cierta protección contra el alcoholismo, y que entre el 10% y 20% de la población posee dicha variante.

También se han localizado las neuronas que influyen en el desarrollo de la enfermedad. Son las neuronas medias espinosas del tipo D1, que incentivan y refuerzan las conductas de consumo de alcohol. Las neuronas D1 se activan ante el consumo periódico de grandes cantidades de alcohol, y progresivamente requieren menos consumo para ser activadas, lo que acaba generando un ciclo vicioso, y explica por qué ciertos adictos experimentan los efectos con tan sólo unos pocos tragos.

De igual modo, se han logrado diseñar medicamentos eficaces para tratar esta problemática. Por una parte, múltiples investigaciones confirman que la naltrexona y el nalmefeno reducen el consumo de alcohol, y previenen de recaídas. Algo más radicales han sido en la Universidad Médica de Carolina del Sur, quienes han propuesto el consumo de un alucinógeno como la ketamina para erradicar la adicción al alcohol. Según ellos, una dosis única de este medicamento, eliminaría los recuerdos relacionados con la bebida.

Muy recientemente, otro estudio comprobó que el Baclofeno ayuda a reducir el consumo de alcohol de los bebedores. Tras administrar dicha molécula a 300 pacientes con adicción al alcohol, se observó que el 57% de ellos abandonaban el consumo.

Mencionemos por último el trascendente descubrimiento realizado en la Universidad de Chile, donde un equipo de científicos ha desarrollado una vacuna contra alcoholismo. Lo lograron al percatarse de que existe una enzima -la aldehído deshidrogenasa- que metaboliza el alcohol en el organismo. Curiosamente, el 20% de la población asiática posee una mutación genética de dicha enzima que no le permite metabolizar correctamente el alcohol, por lo que, con una pequeña ingesta, experimenta una reacción tan fuerte que no vuelve a probarlo. Dicha mutación es la que este equipo de investigadores chilenos administró a los adictos logrando que experimentaran la misma sensación desagradable al volver a beber.