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Desde Rusia con amor

Como en los viejos tiempos cuando el entonces querido Pedro Zaragoza dibujaba en su mente ese Benidorm que esta semana se presentó en FITUR de la mano de un colega y amigo, Pedro Nuno de la Rosa, y con la presencia de rostros más que conocidos (la foto ha juntado otra vez a Gemma Amor y Eduardo Zaplana en un posado casi histórico, junto al actual alcalde). Pues como en esos, que desgranaban veraneos de suecas e inglesas bien avenidas y descubriendo junto a Fernando Esteso, el bikini por antonomasia, como entonces, y al estilo de ahora, osea en versión «russisky». La cosa parece que va de vitorear a unos queridos y viejos conocidos de nuestra Europa, la madre patria Rusia. La feria más sexy, política y socialmente hablando, del panorama nacional ha inaugurado oficialemente la Temporada del ruso, es decir, esa en la que, metafóricamente, claro, ha quedado abierta la veda del ruso, caza mayor incluida. La Dipu, todos los pueblos y ciudades de esta provincia y hasta «el Tato» ha visto claro, pero clarísimo, que las ciudadanas como Olga Morozova, agente inmobiliaria, rusa, pionera y guapa, son sin duda nuestro gran futuro.

Este excelso país, maravilloso entramado cultural y de un acervo más que interesante desde que el tiempo es tiempo, salvo por una homofobia que no termino de entender ni comprender... Éste, es el centro de todo un nuevo modelo de turismo que nos ha salvado y, creanme, nos salvará de perecer entre la crisis y cierta desmemoria, que no sé que es peor, de la capital hacia nuestra historia y nuestra valía.

Rusos, ucranianos, lituanos y todos los pueblos que habitaban esa antigua órbita de países del Este, llamado así verdaderamente por absurdo, porque el Este es todo lo que está, obviamente, al Este de nosotros. Pues estos, los del Este, son sin duda la gran maravilla de nuestro futuro, la maravilla de las maravillas... Y tiene delito que ellos,precisamente ellos, sean desde ya el verdadero mañana. Cartas en ruso de restaurantes y dedicaciones especiales (El Portal de Alicante, El Osteau, Enzo Sushi, Casa Adolfo.... sin ir más lejos...), hoteles volcados en ellos (Altea Hills, Villa Gadea, Hospes Amerigo, La Zennia, Orihuela Costa....), campos de golf ( El Plantio, La Dehesa....) tiendas y tiendas, negocios de lujo como Amaya Joyeros, ferias enteras de inmobiliaria privadas o semiprivadas y hasta organizadores de lujo de eventos, shopping y rutas por grandes almacenes como el Corte Inglés de Alicante, donde además cada pocos meses se presenta la revista IMPULSE una de las tres dedicadas a una población que nos ha dejado KAO.

O discotecas como Concerto, donde Alex sigue siendo el rey.... Si ya es alucinante la gran conquista de los setenta y ochenta a manos de los hoy ya ciudadanos europeos (léanse ingleses, holandeses, finlandeses y alemanes) de la Península Ibérica, sobre todo, su costa e islas, ya no te cuento lo que el mercado ruso ha dado de sí.

Es genial verlas a ellas, todas unas «It girl» redomadamente rubias o morenas intensas, sin término medio, de pieles patinadas, claras y casi transparentes, ojos intensamente azules o bien azabache como no vi en siglos..., pasear por las calles de una ciudad que no recordaba tanto color en tiempos... detrás el marido, amigo o pareja, o lo que sea... llenos de paquetes y bolsas de lujo y una cara de «ahí voy yo». Sí, soy yo. Detrás de esa esplendorosa mujer, que no tiene precio (para lo demás ya saben, Mastercard).

Con un look de lujo a lo Cavalli, porque ellas son dadas al lujo evidente, y con mucho estilo nos hacen olvidar muchas veces otras realidades que ya, de por habladas y comentadas, resultan menos agradables y menos constructivas que quedarte boba viendo pasar a una ciudadana del Este con ese pedazo de abrigo que para ti quisieras que te quedase, si lo pillas claro, ni la mitad de bien... Pero sobre todo, los rusos son ese futuro que, menos mal que ya lo vamos entendiendo, nos viene dado por definición.

Tenemos la gran suerte de tener un clima único, una provincia que es la Tierra de la Primavera, playas de escándalo, mar azul cristalino, gastronomía para la pasión, ciudades increíbles (y no sólo costeras, también Palmeras de un Elche histórico, castillos y miradores desde Sax a Villena pasando por Biar o Elda, parajes de valles al estilo Tuscany por los lares de Aspe y Monóvar o el Pinós...) y sobre todo unas ganas de salir de esta que no creo que hayan dos sueltas e iguales en toda la geografía nacional.

Así que Felicidades con mayúscula a quien se le ha ocurrido desde el principio tener la inteligencia de apostar por ello, eso sí, que lo hagan de verdad, porque la esperanza mal llevada y frustrada se salda con la rabia, y eso, y sino vean los periódicos y comprueben, nunca es buena cosa. Feliz domingo.

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