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La tercera ola

El 3 de abril de 1967, el profesor de historia Ron Jones decidió llevar a cabo un experimento en su colegio de Palo Alto, California. El objetivo que se proponía era demostrar a sus alumnos cuál había sido el proceso ideológico que 30 años antes había desencadenado los regímenes dictatoriales en Europa, y que aún hoy en día, seguíamos expuestos a caer en una situación semejante.

En primer lugar solicitó a los asistentes que entraran al aula en menos de treinta segundos sin hacer ruido y que se sentaran correctamente. También les pidió que sólo participaran en el espacio habilitado para las preguntas, y que todas ellas debían comenzar por «Profesor Jones». Poco a poco fue volviéndose más autoritario y observó que el rendimiento general de los chicos mejoraba.

Aquel experimento debía durar sólo un día, pero a la siguiente clase habían acudido más alumnos que en la sesión anterior. En esta ocasión, Jones les pidió que se saludaran de un modo similar al del nazismo y llamó al grupo La tercera ola, basándose en la suposición de que la tercera de una serie de olas en el mar es siempre la más fuerte. Todos los jóvenes se mostraban muy motivados y el rendimiento escolar mejoraba. Algunos le reclamaban «¿Por qué no enseña usted así siempre?».

Al tercer día Jones, debatiéndose entre detener el juego o seguir, e incrédulo ante las mutaciones que observaba, pidió a sus alumnos que diseñaran un logotipo para su grupo, y les propuso un ritual para iniciar a nuevos miembros. Se decidió que nadie que no fuera miembro pudiera asistir a la clase. Al final del día, el grupo contaba ya con 200 miembros y comenzaba a cobrar vida propia.

Al día siguiente el profesor se alarmó al ver la manera en que los chicos se involucraban, y el sentido de la lealtad y la disciplina que estaban alcanzando. Se comportaban como si fueran superiores a los demás, de hecho algunos se habían autoasignado el papel de vigilantes informando de aquellos alumnos que no realizaban el saludo, lo cual parecía encaminarse hacia una conspiración.

Ron Jones, asustado, se vio obligado a interrumpir definitivamente el experimento. Las conclusiones que extrajo el propio profesor acerca de la maleabilidad mental del ser humano y de la fragilidad de un sistema democrático resultan escalofriantes. Al parecer, el hecho de perder la identidad en un grupo homogéneo y disciplinado despierta en las personas un delicado instinto.

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