Hay fulanos, menganos, zutanos y perenganos. Todas ellas son acepciones que la riqueza de la lengua castellana nos ofrece para referirnos a una persona de la que no conocemos el nombre o a la que conociéndola, no queremos referirnos expresamente. No tiene carácter despectivo. Si quisiera insultar a alguien dispongo de un amplio catálogo de improperios a mi alcance y en varios idiomas. No fue mi intención insultar, sé que a quién se cree el ombligo del mundo le resulta difícil concebir que alguien no le rinda pleitesía, pero eso, señor mío, no es un insulto.

Peret cantaba una canción que decía: «Si fulano fuera mengano, si mengano fuera fulano, si fulano fuera zutano o perengano? si al que le sobra el dinero tuviera la voluntad de repartir con el pobre lo que él no se puede gastar, se acabaría la envidia?» y en esas estaba yo pensando cuando nos dieron a conocer el nuevo plan pepero en la Diputación. 15 millones de euros a repartir entre distintos municipios de la provincia de los que a Torrevieja le tocan exactamente? ¡¡¡¡0 euros!!! ¡Tachán! Ni un céntimo se merece la tercera ciudad de la provincia. Con un mengano ex alcalde, que se sienta a la diestra del apostólico presidente de la Diputación, cualquier zutano pensaría que defendería los intereses de su pueblo, pero NO.

Y que hace el perengano ante mi justificadísima recriminación en defensa de los intereses de Torrevieja, ¿pedir disculpas y modificar el Plan Vertebra (son únicos para los nombres grandilocuentes)? No, se queja amargamente porque en su reducida visión del idioma castellano, ese que después dice defender contra la amenaza del plurilinguismo, cree el angelito que lo han insultado. Resulta que la cunera, la que no ha nacido en Torrevieja por muchas raíces salineras que tenga, saca las uñas y dientes para defender el pueblo en el que no nació (como el 90% de nuestra población) y el pata negra se pliega y agacha la cabeza. El miércoles votó a favor de ese Plan, en el que sigue sin aparecer Torrevieja, sin un atisbo de rubor en su carita de porcelana.

No dejen que les confundan con las subvenciones que la Diputación concede a Torrevieja, ¡faltaría más!, cuando participamos, junto con el resto de ciudades, en convocatorias abiertas en concurrencia competitiva o cuando nos dan una subvención especial para el Certamen Internacional de Habaneras. En el plan de 15 millones no hay concurrencia, los proyectos, los presupuestos y los municipios han sido elegidos digitalmente, a dedo, por los que detentan el poder de dicha institución. Vertebrar lo que se dice vertebrar ya les digo que hasta mi abuela con 100 años vertebra mejor. Después de leer esto pueden quedarse en la anécdota de la palabra o, como yo, indignarse con que de 15 millones no nos toque ni un euro.