Se ha anunciado una nueva Ley del Palmeral de Elx. Es una buena noticia. La anterior se aprobó en 1986 y aunque supuso mejoras en la tutela de nuestro Palmeral, también es cierto que pronto mostró limitaciones para su mejor aplicación y, sobre todo, disfunciones en sus órganos de gestión. El Patronato que se creó, órgano principal de gestión y representación, tenía 8 miembros, de los cuales 4, incluido el presidente, vivían en Valencia. Un poco lejos para ser los responsables principales de proteger algo que está en Elx.

Las peticiones para mejorar esta situación, reforzar las competencias de los órganos locales, Junta Gestora y Comisión Técnica, mejores conocedores, sin duda, de la realidad del palmeral, han sido una constante desde que se aprobó la Ley. Han tenido que pasar 31 años y que el PP saliera del Consell para que un Gobierno de izquierdas presentara esta modificación legislativa.

La primera novedad positiva es que la Junta Gestora asumirá más competencias en la gestión del Palmeral y que su composición será mayoritariamente local y, por tanto, más obligados a conocer el Palmeral, dando cabida, por vez primera, a un representante de los colectivos en defensa del mismo.

El hecho de que el Palmeral de Elx haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en este período obliga a actualizar la legislación y los compromisos con respecto a él. Por ello, el borrador de la nueva ley plantea, acertadamente en su art. 4, dividir el término municipal de Elx en cuatro zonas: siendo la a) zona Unesco, que incluye los huertos de palmeras inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial y la zona de amortiguamiento de la Unesco y la zona b) Área de tutela núcleo: ámbito geográfico delimitado por las principales vías de comunicación que circunvalan la ciudad de Elx, las más importantes.

Lógicamente la zona Unesco y el área de tutela núcleo son los espacios donde el palmeral debe estar más protegido y menos expuesto a transformaciones que puedan cambiar sus características. Por ello llama la atención, negativamente, que en estas zonas, la nueva ley plantee en su art. 4, punto 3, entre los usos permitidos los siguientes: «Excepcionalmente, se permitirá la apertura o construcción de equipamientos públicos destinados a museos o centros de interpretación necesarios para la divulgación de los valores protegidos por esta Ley». Una vez el Palmeral de Elx es Patrimonio de la Humanidad hay que ser más restrictivos que nunca en preservar los valores originales de los huertos que dieron lugar a su declaración. Posibilitar esos nuevos usos, que no son necesarios (ya está el Museo y Centro de Interpretación del Palmeral en el Huerto de San Plácido) es abrir una peligrosa puerta a transformaciones en dichos huertos.

Mucho menos justificable parece la propuesta que se contempla en este mismo artículo 4, punto 4, donde dice «En las edificaciones existentes, podrán autorizarse cambios de uso, si así se estima conveniente (?), de residencial privado a usos hoteleros o hosteleros». O sea, que en un huerto, dentro de la zona Unesco o su Área de Tutela Núcleo, la más sensible por otra parte, se va a permitir que si existe una vivienda unifamiliar ésta se pueda transformar en un hotel o un restaurante. No parece que la mejor forma de proteger los valores de ése huerto sea sustituir la presión que pueda ejercer la utilización del mismo por la familia usuaria que multiplicar ésta por una gran cantidad de personas, vehículos, instalaciones anejas, parkings, etc. Ejemplos de lo que esto ha significado en los huertos se pueden contemplar con varios centros escolares públicos y privados en la ciudad. El ser Patrimonio de la Humanidad obliga a limitar los usos y extremar las precauciones si queremos que las características del Palmeral perduren. La nueva ley debe ir acompañada de un Plan de Uso y Gestión así como del Plan Especial de Protección que ya previó el PGOU de 1998 y que nunca se aprobó. Y, sobre todo, tiene que haber voluntad política de apostar por el palmeral y que se vea en personal y medios materiales suficientes. Hay que invertir mucho más en los huertos, que han sufrido años de abandono y plagas, hay que ayudar al mantenimiento de los huertos privados y proseguir la tarea que se empezó de ir ampliando la superficie pública de los mismos.

El Palmeral necesita más recursos de la Generalitat y del Estado, y los merece por ser un Patrimonio de la Humanidad. No es justo que el mantenimiento del mismo recaiga, casi en exclusiva, en el Ayuntamiento de Elx. Hay que ser más exigentes con los de arriba. Y sobran declaraciones para quedar bien. Decir ahora que estudiarán recuperar los huertos donde están colegios como Reyes Católicos o Hispanidad trasladando los mismos, está bien, pero eso es algo que se podía haber hecho en cualquier momento, nada tiene que ver la nueva ley. Es, como tantas cosas, cuestión de voluntad política.

Bienvenida sea la nueva ley, pero debe liberarse de esas amenazas latentes, cambios de usos, inconcreciones en plazos de desarrollo reglamentario, limitar porcentajes de encaperuzado, etc. Es una ley necesaria pero manifiestamente mejorable.