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Francisco Esquivel

Tiene que llover

Francisco Esquivel

La vida es una tómbola

Caen en mis manos revistas del corazón, todas ellas atrasadas. Qué peligro. Ni que decir tiene que, tratándose del rincón que se trata, probablemente les echaría un vistazo en su día pero el repaso en diferido sitúa mucho mejor ante los vaivenes que depara esto y deja una estampa fidedigna. De eso, la sin par Cospedal sabe un rato.

La primera con la que me topo es del 6 de agosto de 2014 y rompe con que «Alba Carrillo nos anuncia su boda con Feliciano López». Respecto a las andanzas del tenista señala que «Feliciano diseñó el anillo junto a un amigo suyo, joyero y gemólogo, y se fueron a Amberes a comprar la piedra al mercado de diamantes» compartiendo la modelo un puñado de certezas: «Nos casamos el año que viene. Soy la mujer más feliz del mundo. A Feli lo veo absolutamente comprometido, emocionado y, sobre todo, seguro del paso que vamos a dar». Qué nos vas a contar.

A continuación me encuentro con Fernando Guillén Cuervo y Ana Millán, que aunque catalogada de «boda en la más estricta intimidad», ofrece unas cuantas páginas para recreo curiosón ya que ambos lucen terno blanco y ella un corte helénico al tener lugar el enlace en Florida. Con el teatro das tantas vueltas que, al final, no sabes ni donde estás. Se anuncia que, nada más regresar a España, habrá una fiesta con familiares y amigos, pero ya no he podido encontrarla. No sé ellos.

El número más reciente es de este julio y en él tiene cabida un álbum sobre «El renacer de Ágatha» tras el adiós propinado por Pedrojota. La diseñadora se abre en canal: «¿Cómo iba a esperar que me dijese que quería separarse si nos acabamos de casar seis meses antes?». Es lo que tiene haber estado toda la vida pendiente del cierre del diario: que lo que ha costado un mundo, al día siguiente no sirve p'a ná.

En un ejemplar de 2012 me detengo con la boda de Iniesta. Por la secuencia, es de las pocas estampas sin variación apenas. E igual que hoy, Neymar no sale mirando al pajarito. Aunque eso sí, por donde quiera que se encontrara, ya estaría partiéndose.

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