Soy junto con otros, fundador de las Fiestas de Moros y Cristianos y también de mi comparsa «Duque de Maqueda», esto fue en el año 1978, por lo tanto ya llevamos 40 años de fiestas. Unas fiestas creadas para tratar de llenar el enorme vacío que se creaba en los años impares. En Aspe, la fiestas patronales solamente las tenemos los años pares, al compartir a la Virgen de las Nieves, nuestra patrona, con el vecino pueblo de Hondón de las Nieves.

Estamos a las puertas de celebrar el VI Centenario, la tradición data del año 1418, cuando Hondón era pedanía de Aspe.

Participo en las fiestas muy activamente, y es por esto que las vivo desde dentro y a pesar de mis años no pienso tirar la toalla, quiero a mi pueblo y a sus tradiciones y fiestas.

Este año para mí y para el resto de festeros han sido espectaculares, ordenadas y sin ningún incidente que destacar. Dieron comienzo el día 29 de julio con la presentación en la Plaza Mayor de los cargos festeros, un acto cuidado al máximo que se ha convertido en un gran espectáculo, de este acto destacar a la pregonera infantil María Pujalte Erades y a la pregonera Rosa Ruíz Martínez, también a la presentadora del acto, Mª José Cremades Hernández.

Respetamos las fechas tradicionales de las fiestas patronales, aunque la patrona estaba en Hondón y el día 7 arrancamos con pasacalles con bandas de música de las diferentes comparsas, recorriendo cuartelillos y degustando las clásicas palomas, para acabar en nuestros cuartelillos, donde la mayoría celebramos el tradicional día de las paellas, es la comida del día (arroz con conejo y caracoles), de los cuartelillos al ensanche de la Cruz de Orihuela, desde donde arrancó la Entrada Oficial de Bandas de Música, con más participación que nunca, para acabar en el parque Doctor Calatayud. La Entrada de Bandas de Música culminó delante del castillo de la Embajada. En sus almenas, el alcalde de Aspe Antonio Puerto García en un simbólico acto entregó el bastón de mando a José Antonio Pastor Cremades, alcalde de Fiestas. La bandera ondeó en lo alto del castillo y Juan Miguel Romero Llópiz alzó la batuta para dirigir las nueve bandas de música y a los festeros, en la interpretación del himno de nuestras fiestas en está ocasión hasta tres veces.

A las 24.00, tuvimos el desfile humorístico llamado Retreta, llena de colorido y originalidad, con los más disparatados disfraces y las más atrevidas y chispeantes parodias. El público abarrotó todas las calles del recorrido.

El Desfile Infantil lo tuvimos al día siguiente, acabó en la Plaza Mayor donde tuvo lugar La Embajada Infantil, este ha sido su segundo año, en ella intervinieron 15 niños y niñas. Un buen trabajo de José Berenguer, embajador moro, director de estos fantásticos niños.

Las entradas tanto la mora cómo la cristiana fueron espectaculares, Aspe vibró en la Entrada Mora. Abrió este primer desfile la comparsa que ostentaba la Capitanía Lanceros de Uchel, con Reyes mayores e Infantiles, en una monumental carroza, y cerró la octava y última comparsa, Moros Aljau, a la que este año le ha correspondido el Sultanato, éste llevaba un lujoso y espectacular boato.

En los actos del día 9 hubo una masiva participación de festeros. En la subida, ofrenda y desfile en la Residencia de Ancianos, nos acompañaron cuatro bandas de música. La Guerrilla culminó en la Misa Festera y ese día como broche de oro, la Embajada.

El día 10, en la Entrada Cristiana, en octavo lugar en el orden del desfile le correspondió a la comparsa Laceros de Uchel. También el boato que llevaba su Capitanía era muy bonito, la carroza donde iban sus cargos eran dos enormes centauros y la de los sultanes un largo esqueleto de un animal prehistórico, donde además del Sultanato también iba la filas del Sultán y la Sultana, «Ahysides» y «Abencerrajes».

La noche acabó con el fallo de los Premios Miguel Iborra, y un vino de honor en la flamante Sede de la Unión de Moros y Cristianos Virgen de las Nieves.