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Hoy es martes en Orihuela

La ley de Murphy

Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal» o si «algo va mal puede empeorar». Eso es lo que, a groso modo, viene a decir Murphy, quien nos asegura que «cuando una tostada cae al suelo siempre lo hace con la mermelada boca abajo». ¡Maldita sea, Murphy; no podías haberte «metío» la lengua en «sea la parte» y dejar de joder la marrana con «tontás» de parte mañana. Lo que dijo el payo nos confirma lo de Ramón de Campoamor: ¡nada es verdad ni mentira, sino del color de cristal con que se mira!. Joan Manuel Serrat, en una de sus geniales coplas, dice: «niño, deja de joder con la pelota; eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca», lo que traducido al lenguaje «vegabajero» sería: «¡sagal estate quietesico, cojones!». Pues eso es lo que tenía que haber hecho el tal Murphy y no dar ideas a la gente sobre cómo joder al prójimo, ¡porque yo lo valgo! (que dice el anuncio de una marca de productos de belleza).

Pues nada, por lo que trasciende y por lo que se comenta en las calles de la villa y corte, esto es lo que parece -¡y digo parece!- que pasa en la Casona de la Esquina del Pavo, donde «mosén» Bascuñana parece estar «enfrascao» en una cruzada contra el infiel. ¡En el país de los ciegos el tuerto es el rey!. Lo que pretende «el prócer» es borrar de Palacio cualquier vestigio «damasista», relegando a los, en teoría, seguidores del «contrabandista» Aparicio -por su comparsa; ¡mal pensaos!- a papeles secundarios de una película que podría llamarse como la serie de televisión, «Ley y Orden», o como la obra de Tolstoi, «Guerra y Paz», o la de Dostoievski, «Crimen y Castigo» o simplemente como se dice en la huerta: «al campo vas, de lo que lleves comerás». Vamos, que lo que pretende el «maestro Yoda» -en plan último jedi, de Star Wars- es hacer prevalecer sus criterios, equivocados o no, pero suyos; es decir, como al más puro estilo del lejano oeste, «morir con las botas puestas», después de un «Duelo en OK corral», porque, como dijo Sergio Leone, «La muerte tenía un precio», igual que la fama de otra peli (Fame), y es aquí, en la academia (Casona del Marquesado de Arneva), «donde vais a empezar a pagar». Lo que pasa es que -según mi modesta y discutible opinión- actuándose como se está actuando -en plan peli del oscarizado Almodóvar- lo que se está consiguiendo, por parte de unos y otros, «es hacer mártir al contrario/opuesto», o por lo menos es lo que se percibe. ¡Joder y encima «macho man» dice que no se responsabiliza de lo que ha hecho su partido!. Martes y Trece protagonizaron un «flim» de risa titulado: ¡Aquí huele a muerto!. ¡Qué peste; qué peste!. ¡Ay, Señor, qué hemos hecho para «mereser» esto!.

¡Siéntate en la puerta de tu casa y verás el cadáver de tu enemigo pasar»!, dice un proverbio chino, porque, aunque parezca que no, los chinos también tienen refranero, pero -con permiso de mi amiga Mei- no es tan rico como el español, pese a que el de los chinos también tiene su aquel y sino sólo hay que tratar de iniciar una conversación -sólo intentarlo, otra cosa es conseguirlo- con el yerno Qi para darnos cuenta de que la Gran Muralla es más larga que un día sin pan, puesto que puede convertirse en un diálogo de besugos; ¡no pillas una ni pa Dios!. Pues eso, ¡siéntate en la puerta de tu casa y verás el cadáver de tu enemigo pasar!. Eso es lo que, en el más que probable caso de que sean «enemigos íntimos» -¡que lo son!-, parecen estar esperando los púgiles en el ring (cuadrilátero de lona en el que se dirimen combates, bien de boxeo o de artes marciales), asestar un golpe ganador -como Rafa Nadal- y ver como «se quema» el rival. Lo que pasa es que esto es como lo de los emperadores romanos y sus sucesores, que ¡duran menos que un caramelo en la puerta de un colegio! -¡tú también, Bruto, hijo mío; y zas, puñalá en tol costillar!-, porque las victorias, si no se saben digerir, se indigestan/atragantan, son efímeras y sólo te permiten un minuto de gloria.

Murphy fue un cabroncete que nos tiene a todos más cabreaos que una mona -nada que ver con las de comer- en un parque natural -digamos, el Kalahari- que no se aparea debidamente porque no hay macho alfa que la monte/cubra. ¡Qué la traigan a Orihuela y sabrá lo que vale un peine!. En Atacama, el desierto más grande y árido del mundo y que está en Chile, no hace tanto calor como en los pasillos de Palacio, donde el ambiente se corta y la tensión se mastica. Dicen que mientras unos -siempre hablamos del equipo de desgobierno, aunque «los otros» también tienen guasa- suben por las escaleras de la puerta principal, otros acceden al palacete por la trasera/retambufa y algunos en el ascensor. Y «to» «pa» no verse el careto, que, como suele decirse, es el espejo del alma y «el alma sólo es de Dios» (El alcalde de Zalamea-Calderón de la Barca). ¿La culpa?; ¡de Murphy; de quién va a ser!.

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