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Antonio Sempere

El teleadicto

Antonio Sempere

Comunicadores

En Lolita tiene un plan fue el turno de los comunicadores de la radio. Acudieron Julia Otero, Luis del Olmo y Juan Luis Cano, de Gomaespuma. Ninguno de la radio pública. Ni que decir tiene que yo hubiese llevado a Pepa Fernández. Que dieciocho años al frente del magazine del fin de semana, con más de 800.000 oyentes de promedio no es ninguna tontería. Pero es que lo más grave es que los responsables del formato seguro que ni siquiera se lo plantearon. Podría haber estado, o estar en entregas sucesivas, Carlos Herrera junto a otros firmes candidatos. Pero Pepa Fernández no entra en las cábalas. ¿Por qué? Pues sencillamente porque Lolita tiene un plan lo pergeña una productora privada con mentalidad de productora privada. He aquí uno de los grandes problemas de la televisión pública. En el área de informativos, es verdad, hace tiempo que empezó a pensarse como grupo. Y entre la televisión, la radio y la web, incluso en el área de deportes, tan poderosa, todos defienden la misma bandera. Fuera de ese territorio entramos en otro mundo. En otros mundos. A ver si me explico. No es que Pepa Fernández mereciera entrar por la puerta grande como invitada a Lolita tiene un plan. Es que debería ser la propia Pepa quien, en algún momento, debiera haber recibido la llamada de un alto directivo de la casa para proponerle grabar una serie de programas de tertulia en los que actuara como anfitriona, con destino a TVE. Sabemos de su devoción por la radio. Pero ese directivo debería habérselo pedido casi como un favor, dadas las circunstancias. Del mismo modo que Pepa Fernández acudió a la llamada del amigo Forges cuando montó Pecados impequeibolsm que resultó muy poquita cosa, podría conducir un programa de prime time de forma modélica. Pero ni siquiera fue invitada a departir con Luis del Olmo y Julia Otero.

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