En 1897 para evitar el avance de las arenas que conformaban las dunas móviles, por Real Orden se aprueba el «Proyecto de Defensa y Repoblación de las Dunas de Guardamar» y se encarga el Proyecto al ingeniero de Montes del Estado don Francisco Mira y Botella que se basaba, fundamentalmente, en realizar unas plantaciones de pinos entre el mar y el pueblo y con una barrera que impidiera el avance de la arena sobre las nuevas plantaciones y el pueblo. En un principio se colocaron como barrera de protección unas tablestacas. En 1900 se construyen las primeras casetas de baño en la playa Babilonia.

En la Gaceta de Madrid, núm. 45 de 14 de febrero de 1934, (pag. 1246 y 1247) para embellecer la playa y sustituir las tablestacas, dentro del proyecto presentado por el ingeniero Mira, se comienza a autorizar «para ocupar con carácter permanente», una parcela en la playa de Guardamar del Segura para construir «una casa para vivienda y baño» que «servirá como barrera para sostener los movimientos de las arenas», que «el concesionario tendrá la obligación de conservar en buen estado». Las casas, como su finalidad era mantener las arenas, se construirían en hilera, adosadas. Babilonia será crisol de encuentro, convivencia y paz, que se iba a romper con la publicación de la Ley 22/1988 de 28 de julio de Costas, y su Reglamento, que pone fecha de caducidad, sin indemnización, a todas las concesiones del litoral español, conculcando el artículo 33.1 y 3 de la Constitución Española. Produce una enorme contestación y se crea la Plataforma Nacional de Afectados por la Ley de Costas.

Una queja presentada en 2008 ante el Parlamento Europeo fue contestada por la Comisión de Peticiones del Parlamento el 16 de julio de ese mismo año que culminó en el conocido informe Auken -redactado por la diputada danesa Magrete Auken-. Se hizo público el 26 de marzo de 2009 con el título «Impacto de la urbanización extensiva en España en los derechos individuales de los ciudadanos europeos, el medio ambiente y la aplicación del derecho comunitario». El informe considera «que la mencionada Ley de Costas afecta de manera desproporcionada a los propietarios particulares de bienes, cuyos derechos deberían verse plenamente respetados». E insta a las autoridades españolas «a que revisen urgentemente y, en su caso, modifiquen la Ley de Costas a fin de proteger los legítimos derechos de los propietarios de viviendas».

Estos informes hicieron posible que en la reunión del Consejo de Ministros presidida por Mariano Rajoy del 5 de octubre de 2012, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, presentara el proyecto de Ley que modifica la Ley de Costas de 1988, argumentando que era necesario cambiar la ley anterior porque había creado «inseguridad jurídica» y mala imagen de España en el exterior. Y se aprueba la Ley 2/2013, de 29 de mayo, de protección y usos sostenible del litoral y de modificación de la Ley 22/1988, de 28 de julio de Costas y su Reglamento en 2014. Y establece una prórroga de las concesiones hasta 75 años. Babilonia se había salvado, aunque era evidente que no se veía afectada por la Ley 22/1988 porque su finalidad persistía -para sostener las arenas- y no podían ser demolidas.

Sin embargo un fuerte temporal en diciembre pasado, encadenado a otro en enero de 2017 destruye la acera/paseo existente delante de las casas, servidumbre de paso público y acceso al mar, que protegía también las terrazas diáfanas de las viviendas. El oleaje lanza los escombros de la acera contra las terrazas, destruyendo parte de ellas. La Administración no restablece la acera ni autoriza hacerlo. Babilonia ya estaba gravemente afectada por un espigón en el río sin impacto ambiental y cambiaba la entrada natural de aportes de arena.

La Administración ante estos temporales ha sido dispar. Desde echar 700 toneladas de arena para sanear la playa de la Marineta Cassiana en Dénia el 5 de mayo de 2017, a no tener actuación alguna en las playas de Viveros y Babilonia.

El Servicio Provincial de Costas, inexplicablemente, abre un expediente de revocación de las concesiones en base al alcance del mar, por estos temporales, cuando la Ley de Costas de 1988 determinaba que era zona marítimo-terrestre hasta dónde llegaran los mayores temporales y es natural que algún otro temporal llegue hasta las casas construidas dentro de esa zona. En la incoación del expediente se olvida también que el Ministerio de Medio Ambiente en el informe al Servicio de Costas de Alicante, de 20 de enero de 1999 justifica para no regenerar Babilonia que: «?En los periodos de bonanza la playa tiene la mayor parte de la arena en la zona seca, cuando llegan los temporales de invierno el mar se agita y el oleaje arrastra la arena de la zona seca hasta el fondo del mar donde se acumula, formando una barrera natural que frena la energía de las olas que se dirigen a la playa. Es en este estado, cuando se tiene la sensación de que la playa "ha desaparecido", hasta que de nuevo en época de calma la playa recupera su perfil original regresando la arena del fondo a la playa seca y a las dunas, en un proceso natural».

Corresponde a la Administración actuar con urgencia para que Babilonia «recupere su perfil original» y devolver la paz y la convivencia a esa emblemática playa, reconociendo que las casas en hilera de Babilonia siguen cumpliendo la finalidad para la que se concedieron.