Somos muchas las personas que ocupamos por salario, profesión u oficio, del que vivimos, ese amplio espacio económico y social conocido como «clase media» que llevado a la política, ideológicamente, se sitúa en el centro derecha y centro izquierda. A ambos lados se acomoda una derecha dogmática y una izquierda radical. España desde la Constitución Española de 1978 ha demostrado que la alternancia en el poder ha sido buena y ha hecho progresar nuestra nación hasta colocarla a la cabeza de los países más prósperos de nuestra Europa a la que pertenecemos y en la que estamos políticamente integrados.

Desde hace unos años fluye una fuerza destructora en el PP gobernante (también en otros, lo que es preocupante para la democracia si no se ataja ya) nacida en un caldo de cultivo cocido en un crisol en el que se mezclarán deslealtades, corrupciones, tropelías, amiguismo, ambición de alguno de los militantes elegidos para gobernar en municipios, comunidades o en el Gobierno de la Nación que han cristalizado en imputaciones, acusaciones y condenas por los tribunales -la Constitución ha funcionado- por una serie de hechos considerados, en su mayoría, delictivos, con entrada en prisión. Aunque al aflorar públicamente su deleznable acción, inmediatamente son expulsados del partido, no impide que llenen de desilusión, vergüenza, disgusto y rabia incontenida a los cientos de militantes y simpatizantes que todavía confiamos en la eficacia y eficiencia demostrada en los actuales dirigentes del Gobierno de la Nación y seguimos creyendo que el proyecto es válido y eficaz, como lo es en el resto de Europa y Parlamento Europeo con su grupo popular. Esos personajes expulsados, acusados y condenados son los verdaderos enemigos del PP auténtico, el que los ciudadanos han votado y quieren. Es un pp de falsos militantes, contra el PP íntegro y verídico.

En pleno resurgir económico de España, después de una crisis económica que no se supo gestionar por el anterior partido en el Gobierno, el Partido Popular auténtico, dirigido por un presidente preparado, conocedor de la Administración del Estado, honesto, y trabajador como Mariano Rajoy que, como está reconocido, está logrando el máximo nivel de ocupación, un fuerte crecimiento de nuestras exportaciones y turismo, una política social que garantiza la consolidación de las pensiones con el compromiso de aumentarlas si se consiguen las metas previstas y una honda preocupación por la educación, cultura y preparación intelectual de las nuevas generaciones, que lo consolida con el nuevo presupuesto aprobado por la mayoría de los diputados del Congreso, aparece una nueva sentencia e imputaciones a personas de relevantes responsabilidades militantes de un pp con disfraz de PP, por hechos acaecidos muy anteriores a la sufrida crisis económica que, amparados en sus cargos institucionales, vinieron solo a enriquecerse utilizando para ello las siglas de un PP, de ideología liberal/democristiana, de centro derecha que es mayoría en el Parlamento Europeo. Pero ello, siempre, sin olvidarnos nunca de la presunción de inocencia que, no pocas veces, ha terminado en palmarias absoluciones, pese haberse visto envueltas en graves y falsas acusaciones.

Esas nuevas imputaciones y sentencia condenatoria de relumbrantes personajes, de un pp, que sólo es una mala caricatura del auténtico PP, hoy ocupan todas las primeras páginas de los periódicos. Y aunque los hechos corresponden a otro tiempo y a pesar de que no mancha a ninguno de los miembros del Gobierno de la Nación, que siguen dirigiendo con acierto el rumbo de progreso de la nave España, ha sido motivo para que el PSOE, queriendo actualizarlos y sin valorar sus consecuencias económicas negativas, presente una moción de censura con la presentación -suponemos- como candidato a presidente del Gobierno de Pedro Sánchez, su secretario general, y para conseguir su éxito tiene que contar -es una operación aritmética- con los necesarios votos de todos los partidos que propugnan la ruptura de la España Constitucional, con otros antisistema. «Dime con quién andas y te diré quién eres», dice un viejo refrán español. Y anuncian, para conseguir otras adhesiones, que irán a convocar elecciones generales y confiando, sin duda, afrontarlas con ese plus que supone la púrpura de la presidencia, para superar a Ciudadanos y Podemos, de conseguir su éxito en la moción.

Una vez más es obligado citar al democristiano Maritain cuando, como frontispicio de sus ideas, escribe: «Solo el pueblo salva al pueblo». Y, en este momento de estabilidad y progreso económico, no tengo ninguna duda que para los españoles los más importante es España y su Constitución que «se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles». Y por ello, de prosperar la moción y haber elecciones anticipadas, el Partido Popular, PP auténtico, conseguirá de nuevo el apoyo, confianza y mandato para seguir gobernando este hermoso país que es España. Aleluya.