Roman Polanski es un conocido director de cine, que estrena ahora la cinta Basada en hechos reales, en la que se narra la historia de una novelista de éxito en crisis de inspiración e ideas interpretada por Emmanuelle Seigner, que conoce a una seguidora y admiradora de sus libros a quien da vida Eva Green, que pasa a formar parte de su vida en principio acogiéndola en su casa y posteriormente acabando por desquiciarla.

Estableciéndose entre ambas una compleja relación claustrofóbica y tensa que inicialmente parece de admiración y reconocimiento, pero que deviene ambigua y nerviosa, generando drama e inquietud, que se relata en un intenso thriller psicológico que plantea la perturbadora relación entre la escritora y su maquiavélica y seductora admiradora.

Sentimiento este último que puede en ocasiones conllevar elementos de rivalidad, lo cual implica que existen diferentes formas de admirar a alguien, pudiendo en ciertos casos encontrarse en ello una especie de envidia encubierta o de propósito quizá insano de buscar un reflejo de lo que pudiera gustarnos de otras personas.

Sin embargo, en un sentido positivo, la admiración se convierte en un reconocimiento a las cualidades o virtudes valiosas de otros individuos, que se transforman en modelos o referencias que nos animan a esforzarnos para ser mejores, al despertar un intento de emulación por determinados valores que representan.

Y es que los modelos a seguir son importantes pues nos ayudan a convertirnos en quien deseamos ser y nos aportan inspiración, de manera que una elección acertada significa que esa referencia influirá de manera correcta y motivará para ser la mejor persona posible.

En este sentido, es conveniente elegir un modelo que ayude a conseguir la mejor versión de uno mismo, para lo cual con carácter previo hay que identificar los aspectos de la propia personalidad, y tener claro las características principales que desean obtenerse, desarrollando la propia confianza, y procurando que la elección haga referencia a personas que se caractericen por su esfuerzo y perseverancia. Siendo ese sentimiento de admiración el que inicialmente aparece en la película de Polanski y que parece despertar la novelista de éxito en la joven encantadora y amable que conoce y que parece comprenderla mejor que nadie.

Convirtiéndose en su amiga y confidente, aunque el desarrollo de la trama llevará a un thriller psicológico que resulta confuso y lento en su desarrollo, sin alcanzar la lucidez y la brillante estética propia de Polanski, dejando pendientes de resolución muchas cuestiones que contribuyen al desconcierto del espectador acerca del comportamiento y de las motivaciones de las dos mujeres protagonistas, que no alcanzan a representar las verdaderas razones de su extraño en ocasiones comportamiento.

Con lo cual, me gusta Roman Polanski, pero no esta película. Entonces, te pregunto, ¿cuál? Dime solo dos. Claro, sin problemas. El pianista, una y Un dios salvaje, dos.