Por fin tenemos en el horizonte como ciudad, como institución municipal, el liberarnos del yugo del plan de ajuste al que fuimos sometido a causa de la nefasta gestión de los gobiernos del PP. El castigo impuesto a la mitad del actual minigobierno, entre ellos el señor Barcala, por no saber gestionar de forma correcta el dinero público.

La decisión de la mayoría del Pleno en el mes de julio de cancelar los préstamos pendientes, con el voto favorable de Compromís por las razones que expliqué en este mismo periódico en el artículo Votaremos sí. No al plan de ajuste, abre un tiempo nuevo en el Ayuntamiento. No se acaban los problemas, pero tendremos más autonomía, capacidad y recursos para afrontarlos y ponerles soluciones.

Por eso la propuesta electoral de Compromís se situará en el marco de una institución municipal recuperada económicamente que debe, sin abandonar el rigor y la prudencia económica, resituar y recomponer el papel del Ayuntamiento en la ciudad, que se ha visto mermado a causa de las limitaciones de la intervención ministerial. Sin plan de ajuste, y con un gobierno del cambio alejado de la crispación y con proyecto de ciudad claro y compartido, podemos mirar el futuro con ilusión y esperanza, que falta le hace a esta ciudad.

Un futuro que, a juicio de Compromís, debe pasar por:

1. Ofrecer estabilidad política para pasar página de los fracasados minigobiernos que han ocupado la segunda mitad de legislatura, y los personalismos e inexperiencia que frustraron la primera experiencia de gobierno plural.

2. Recuperar músculo como administración para poder ofrecer unos mejores servicios públicos en una ciudad donde su mantenimiento, con la limpieza urbana al frente, y la falta de empleados públicos, especialmente en policía, conserjes o trabajadores sociales, son asignaturas pendientes de la ciudad donde suspendemos desde hace años.

3. Introduciendo la planificación y cambios en la gestión y organización municipal para modernizar el Ayuntamiento, hacerlo más eficiente, transparente y capacitado para ejecutar y desarrollar inversiones.

4 Continuar con los planes transversales y proyectos singulares iniciados en este mandato y paralizados por la debilidad e incapacidad de los minigobiernos:

- Plan de ciudad, como estrategia urbana integral, participativa y que diseñe un futuro compartido de ciudad.

- Plan de inclusión social, como hoja de ruta para recortar desigualdades sociales que se incrustan en la estructura urbana, especialmente en la zona norte de la ciudad.

- Plan General, para ordenar el futuro crecimiento de la ciudad, atendiendo a la necesidad de renovar la ciudad consolidada, cerrar ciudad, poner en valor fachada marítima y las relaciones en el área funcional Alacant-Elx.

- Proyectos como Alacant, Ciutat de la Memòria; el Corredor Litoral o proyectos de movilidad sostenible, y ligados a la economía digital o la EDUSI Las Cigarreras? por citar algún ejemplo

5. Dar impulso institucional a proyectos que deben ser claramente definidos en el próximo mandato como Alicante Distrito Digital o el Pla d'Acció Territorial Alacant-Elx, para abrir nuevas perspectivas de desarrollo económico y territorial de la ciudad.

6. Establecer con la sociedad civil las reivindicaciones prioritarias de los próximos años a exigir a la Generalitat Valenciana y el Gobierno central.

Pero, bien es verdad, que ni estamos todavía en campaña, ni se ha acabado el mandato. Antes de afrontar el reto del cambio, de hacer de Alacant una ciudad del cambio, hay que acabar la legislatura. Y el próximo Pleno del estado de la ciudad a celebrar en octubre es un buen momento para, como hemos ofrecido al señor Barcala en numerosas ocasiones, llegar a un pacto institucional sobre las prioridades de los meses que nos quedan de derecha en el poder. Alacant no la podemos dejar en manos de un minigobierno ilegítimo, aupado por el transfuguismo, débil y carente de proyecto de ciudad.

Pero es en este contexto donde vemos que el PP yerra en las prioridades. Una vez más. Se equivoca y hace caso omiso a la oferta de pactos de Compromís. A nuestra voluntad, exhibida a lo largo de estos tres años largos, de ser leales con la institución y ser responsables con la ciudad y las alicantinas y alicantinos. Es un error que en vez de trabajar en la línea que plantea Compromís de consensuar un «Pacto por las inversiones», y consensuar las bases de un «Pacto por la limpieza», como los dos grandes retos de lo que queda de mandato, se apueste, por parte de la vieja derecha (como primera gran medida «postPlan de Ajuste»), por una rebaja de impuestos municipales definida por su oportunismo electoralista, que no atiende a criterios de renta y progresividad social. Una reforma que no es necesaria en una ciudad con una carga impositiva baja, y que no deja de ser un parche, ya que no plantea una verdadera reforma de la ordenación de la recaudación de impuestos que la haga más sencilla para la ciudadanía, eficaz para la ciudad, y desde valores progresistas.

Desde Compromís hemos realizado una propuesta global alternativa a los planteamientos facilones y electoralistas del PP. Una propuesta que rechaza una bajada lineal de impuestos, pero sí que propone ayudas a las personas y modelos familiares más vulnerables, al uso de energías verdes, o a bonificar a aquellas empresas que apuesten por la creación de empleo indefinido. Una bajada en clave progresista y con acento social.

Ahora mismo la gran prioridad es que la buena salud económica del Ayuntamiento, la positiva herencia que ha recibido la misma derecha que nos llevó al desastre del plan de ajuste, se traduzca en un «Pacto de inversiones» donde por fin nuestros barrios y ciudadanía vean cómo vamos transformando y mejorando la ciudad después de años de atonía inversora. Esa es la prioridad de estos meses, y no el hacer demagogia con los impuestos, como pretende la derecha.